La última vez que Corea del Norte subió a un podio en los Juegos Olímpicos de Invierno fue hace 26 años en Albertville 1992. La primera fue la plata de Han Pil-Hwa en Innsbruck 1964.
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Esas son las dos únicas veces que la bandera norcoreana ondeó en un escenario olímpico y ambos casos ocurrieron en la especialidad de patinaje de velocidad.
Una evidencia que Corea del Norte está lejos de ser una potencia deportiva sobre la nieve o el hielo.
Y, sobre todo, que su participación en las Olimpiadas de Invierno de Pyeongchang, que se celebrarán entre el 9 y el 25 de febrero en Corea del Sur, no está impulsada solamente por un interés deportivo.