Después del fuego, llegó el barro.
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Al menos 17 personas murieron por los deslaves registrados en las últimas horas en el sur de California, donde fuertes lluvias causaron desprendimientos e inundaciones.
Un alud de barro que llegaba hasta la cintura en Burbank (a unos 18 kilómetros de Los Ángeles) hizo que se cerraran más de 48 kilómetros de la autopista principal de la costa.
Pero más allá de Burbank, el área más afectada por la avalancha fue el condado de Santa Bárbara, al que pertenece la lujosa comunidad de Montecito.
El alguacil de dicho condado, Bill Brown, dijo que el paisaje parecía "un campo de batalla de la I Guerra Mundial".
Más de 150 personas fueron trasladadas a hospitales de la zona, 20 de ellas con lesiones relacionadas con la tormenta y cuatro en estado crítico.