Es el atuendo por defecto para las novias en la cultura occidental, pero ¿qué representa realmente el omnipresente vestido de bodas blanco?
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Resulta que no exactamente lo que siempre hemos asumido.
La tradición de que las novias se vistan de blanco nunca ha buscado simbolizar la virginidad o la pureza, según una exposición que explora la historia de la prenda.
La función principal del vestido blanco nupcial era la ostentación.
"La connotación de pureza no era importante", dice Edwina Ehrman, curadora del museo Victoria & Albert de Londres, Reino Unido, a la BBC.
"Se trataba de riqueza. A lo largo del siglo XVIII y XIX, las mujeres que podían pagarlo se casaban de blanco", cuenta.
En los días en que el lavado se hacía minuciosamente a mano con una tabla de lavar, era casi imposible limpiar completamente un vestido blanco.
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"Era una prenda que vestías solo una vez, por lo que era solo para los más ricos", señala.
Ehrman ha estudiado cómo los vestidos de novia han cambiado en sintonía con la moda y la sociedad a lo largo de los siglos y, de paso, también desmiente algunas de las suposiciones que hemos mantenido durante mucho tiempo.