Vivió solo seis semanas, pero ese tiempo le bastó para "ingresar" a la historia de América.
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Los restos de 11.500 años de antigüedad de una bebé hallados en Alaska, Estados Unidos, arrojan una nueva luz sobre el poblamiento del continente americano.
El análisis genético de los huesos de la niña, unido a otros datos, indica que pertenecía a un grupo humano desconocido hasta ahora.
Los científicos dicen que lo que han descubierto de su ADN sustenta firmemente la idea de que una oleda de migrantes llegó al continente desde Siberia hace entre 15.000 y 25.000 años.