"Es un beso de muerte al proceso de paz". Así acaba de describir Manuel Hassassian, representante palestino en Reino Unido, el esperado anuncio de Donald Trump reconociendo a Jerusalén como capital de Israel.
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Por su parte, el presidente de Turquia, Recep Tayyip Erdogan, dijo que era una "línea roja" que no se debía cruzar.
El presidente de Estados Unidos emitirá la controvertida declaración durante un discurso este miércoles, informaron altos funcionarios de su gobierno.
Trump también anunciará su decisión de trasladar la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a la disputada ciudad de Jerusalén, aunque el cambio no ocurrirá por varios años.
De esta manera, Estados Unidos se convertirá en el primer país en reconocer a Jerusalén como capital de Israel desde la fundación de ese estado judío en 1948.
Los funcionarios estadounidenses indicaron que se trata de un "reconocimiento de la realidad" por parte de ese gobierno.
Israel recibió con beneplácito el anuncio, pero los líderes palestinos y árabes lo han calificado como "una flagrante provocación contra los musulmanes" y los más cercanos aliados de EE.UU. han advertido a Washington.
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Como era de esperarse, el martes se generó una ola de alarma y protestas de todos los niveles entre ciudadanos y líderes regionales.