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El pescador Emilio Salas es uno de los porteños que ha comenzado a recoger como suvenires para los turistas pedazos de rocas y acero que se han desprendido en la demolición del antiguo muelle de Puerto Colombia. “Son trozos de nuestra historia, seguro algunos los querrán comprar y otros los guardaré para mis hijos y nietos como recuerdo”, dijo el hombre a PUBLIMETRO.
Como Emilio muchos lugareños se han llenado de nostalgia al ver que la estructura está siendo removida poco a poco desde la semana pasada. “Entendemos que es para el progreso del municipio pero es muy difícil para nosotros levantarnos y ver que el muelle ya no está allí”, lamentó.
Escritores como Adlai Stevenson también se han pronunciado en redes sobre el tema asegurando que el Muelle debió ser “reconstruido y preservado” con sus características esenciales así como otras ruinas históricas en el mundo.
Pasado fulgurante
Atrás quedaron aquellos años de esplendor en los que el Muelle y los migrantes que atracaron en sus barcos eran la principal atracción de Puerto Colombia a finales del siglo XIX. Por sus maderas de pino cresotado y pilotes de hierro y acero, materiales traídos de Canadá, desfilaron figuras como la actriz Greta Garbo, en su periplo en barco hacia Buenos Aires, Argentina. Hecho que recreó el escritor Ramón Illán Bacca en una de sus crónicas, reseñando un artículo del diario La Prensa de 1933.
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“Greta se escurría como “una gacela”. La estrella pidió que no se le fotografiara, a lo que el reportero, todo un caballero y muy poco periodista, accedió”, escribió Bacca.
No solo fue visitado por estrellas de Hollywood, de acuerdo al investigador Helkin Nuñez, quien posee en archivo más extenso del monumento, el muelle fue el punto de llegada de miles de migrantes que atracaron en sus aguas, en varias oleadas, huyendo de las dos guerras mundiales, entre ellos italianos, árabes, judíos, alemanes, turcos y otros.
El muelle pese a su deterioro aún es considerado como una de las obras de ingeniería más importantes del país. Fue la primera construcción realizada por el célebre ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros entre 1888 al 1893 y se constituyó en el primer muelle del país que permitió el atraque de barcos de alto calado.
Su ampliación y reforzamiento estructural, llevada a cabo entre 1913 y 1925, lo convirtió en uno de los tres muelles más largos del mundo en su época. En 1943 dejó de funcionar como muelle, por la inauguración de las obras de Bocas de Ceniza, en Barranquilla.
Asamblea cita a Planeación por las obras
Después de más de 25 años de deterioro y abandono por parte de la Nación y del departamento, el muelle debido al fuerte oleaje que recibió su estructura se partió en tres secciones. Desde hace cuatro años el actual gobernador, Eduardo Verano, lideró junto a Fontur, el Ministerio de Cultura y Dimar un proyecto para la reconstrucción de sus primeros 200 metros.
Estas obras finalmente comenzaron a realizarse desde la semana pasada con una inversión total de 12. 286 millones de pesos.
Sin embargo, esta semana la Asamblea Departamental anunció su preocupación debido a la forma en cómo se están ejecutando los trabajos.
El diputado Adalberto Llinás, manifestó que la ordenanza de aprobación de las obras fue “clara” al señalar que se hablaba de reconstrucción y no de una demolición. “Lo que sucedió en Puerto Colombia con el Muelle es triste, ver cómo un emblema de nuestra historia es destruido en vez de ser reconstruido”, dijo Llinás Delgado.
Por ello la Asamblea citó a la secretaria de Infraestructura de la Gobernación del Atlántico, Mercedes Muñoz Aragón, para que explique y entregue todos los documentos relacionados con este proyecto la próxima semana.
¿Qué dice Mincultura?
De acuerdo con un informe entregado a PUBLIMETRO por la Oficina de Patrimonio, el actual estado del Muelle presenta “graves condiciones para su conservación debido a la avanzada corrosión que ha causado grietas y desprendimientos de concreto”.
El muelle ha perdido tramos y secciones del acero de refuerzo, lo que ha permitido fallas entre las conexiones de sus elementos estructurales críticos. El informe de Mincultura se remonta a la pérdida de la barrera natural de Isla Verde que protegía al muelle del fuerte oleaje y que desapareció en la década de 1930.
El proyecto de intervención el cual plantea el Ministerio de Cultura habla de una “restitución de los elementos estructurales que conforman los primeros 200 metros y la reintegración de los mismos a partir de los planos originales”.
En el documento entregado nunca se habló de una demolición sino de un “retiro controlado de los elementos estructurales por el tramo más afectado por el oleaje”. Esto incluye la restitución de pilotes, columnas, vigas de amarre, barandas, vigas longitudinales, transversales y riostras.
El pasado 26 de junio se realizó una reunión entre todos los entes encargados, Fontur, Dimar, Gobernación del Atlántico, Mincultura y el contratista en la cual se detallaron las acciones y la intervención al Muelle fue aprobada por todas instituciones citadas.
Esta semana un grupo de Veedores de la Protección del Muelle de Puerto Colombia recibió por parte de Alberto Escovar, secretario técnico del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, la misma valoración anterior que ratifica que las obras tienen la aprobación y los permisos respectivos del Ministerio de Cultura para su ejecución.
Este grupo de veedores señalan que pese a las socializaciones de la obra, muchos desconocen aún cómo se ejecutarán en detalle los trabajos y que estarán a la espera de lo que determine la Asamblea Departamental.
La frase: “Lo que sucedió en Puerto Colombia con el Muelle es triste, ver cómo un emblema de nuestra historia es destruido en vez de ser reconstruido”, diputado Adalberto Llinás.
La cifra: 1.249 metros posee el Muelle de Puerto Colombia, uno de los tres muelles más largos en su época.