La estudiante del Sena, Gabriela Romero, salió de su casa en Soledad el pasado 24 de noviembre sin saber que jamás regresaría, días después sus restos fueron hallados en zona enmontada después de haber sido secuestrada, de acuerdo a las autoridades, por Levith Aldemar Rúa Rodríguez, quien está recluido en una prisión en Valledupar.
PUBLICIDAD
«Él no puede salir de la cárcel. Su naturaleza es hacer daño. No puedo permitir que ese delincuente salga de la cárcel. Él saldrá de la cárcel cuando yo me muera o llegue a vieja. Mientras no. Las autoridades no pueden permitir que los esté en libertad», expresó Luz Divina Cabarcas, madre de Gabriela, quien se ha convertido en una vocera contra la violencia de género en la ciudad.
De acuerdo a cifras de Medicina Legal, el año pasado, se presentaron 40 homicidios de mujeres, 14 de ellos fueron considerados como feminicidio.
“Falta de rigor en la ley es grave porque solo cuando las autoridades detienen al hombre pegándole a la mujer en la acción o lo que se llama “en flagrancia” en ese momento lo pueden judicializar así sea que la mujer vaya sangrando a la comisaría, al hospital o en el peor de los casos muerta el agresor puede quedar libre”, advirtió Zandra Vásquez, secretaria de la Mujer del Atlántico.
El hogar, un lugar peligroso
Para mujeres como Yuranis de 26 años y Yulimar de 35 años con el paso del tiempo sus propios hogares se convirtieron en sus infiernos sin advertir, pese a las señales, que estaban durmiendo con su peor enemigo. En 2015 Yuranis fue atacada con ácido de batería por su expareja en el barrio Rebolo y el año pasado a Yulimar su excompañero le arrancó los dientes con una pinza en el corregimiento de La Peña en él llamo “un ataque de celos”.
Yuranis recibió apoyo de la Fundación Natalia Ponce de León con el fin de conseguir una mascarilla especial para su rostro y un cuello ortopédico y a Yulimar poco a poco le han ido reconstruyendo sus dientes.
PUBLICIDAD
Según cifras de Medicina Legal, entre los meses de enero y febrero se han presentado en la ciudad 336 casos de violencia de pareja cuyo escenario es el hogar.
“Si revisamos las estadísticas encontramos que la violencia intrafamiliar y la violencia de género están relacionadas con la baja educación, que está muy presente en estratos 1 y 2. En estratos 4 y 5 también se da, solo que no hay una significancia estadística desde un punto de vista social. Y cuando se contrasta con educación, vemos que los agresores tienen un nivel educativo bajo igualmente”, explicó Luis Felipe Zapata, docente del Departamento de Psicología, de la Universidad del Norte.
El experto también advirtió que la víctima no solo queda afectada de forma física sino que las agresiones conllevan secuelas, que a veces no son advertidas por las mujeres y es por ello que también deben ser atendidas con ayuda psicológica.
“Cuando las mujeres son sometidas a violencia por largo tiempo, tienden a la depresión y a la ansiedad. En otras se genera estrés postraumático, y esto muchas veces las condiciona, inhabilitándolas para poder crear relaciones con otras personas”, opinó.
¿Funcionan las rutas?
Para algunos organismos locales como el Observatorio de Género de la Universidad Simón Bolívar y la Oficina de la Mujer de la Gobernación las rutas no son activadas de forma eficiente.
“Vemos muchos vacíos legales sobre todo a la hora de judicializar los casos. Tenemos muchas historias de mujeres en los municipios que intentaron activar las rutas pero no fue suficiente y muchos funcionarios a quienes capacitar para que conozcan qué se debe hacer cuando se encienden las alarmas”, puntualizó, Vásquez, secretaria de la Mujer.
Mediante diferentes programas y servicios, durante 2017, la Secretaría de las Mujeres y Equidad de Género brindó atención a 20.000 mujeres que recibieron la debida orientación, apoyo emocional y profesional en el aspecto legal y sicológico.
“La frase que toda mujer debe tener como consigna de vida es ‘Yo no hago trato con el maltrato’ y esa campaña es la que seguiremos promoviendo en la Gobernación del Atlántico con la expansión de las políticas públicas de la mujer en los 22 municipios del Departamento para fortalecer la ruta de atención integral con la que se busca proteger sus derechos”, indicó Vásquez.
También se firmó un pacto 22 alcaldes del departamento ya están funcionando 8 oficinas municipales de la Mujer en el Atlántico.
¿Qué puede hacer una víctima de violencia intrafamiliar?
Cuando una mujer llega pidiendo ayuda en la Comisaría de Familia, y tras poner la denuncia, la entidad debe ofrecerle una casa refugio. Además, 10 días después a la denuncia de los hechos se cita al agresor. Según el caso la Comisaría de Familia puede adoptar otras medidas tales como: desalojo del agresor en caso de que la víctima no quiera ir a una casa refugio, apoyo policivo solicitado al comandante de la Estación de Policía respectiva para brindar una vigilancia constante a la persona agredida.
Para pedir ayuda se puede comunicar a la línea nacional 155, habilitada 24 horas, para la activación del caso, recomendaciones y seguimiento. Y a la Alcaldía de Barranquilla, en horario laboral a los teléfonos fijos 3399432 y 3399168.
Proyecto Casa Hogar Caribe
Desde el pasado mes de marzo se activó el proyecto Casa Hogar Caribe con fin de albergar a aquellas mujeres que requieren un refugio temporal cuando estás se ven expuestas a abandonar el hogar debido al maltrato físico o en caso de amenazas de muerte. Las mujeres pueden permanecer en este refugio de tres a seis meses y tiene una capacidad para 25 personas. Los cupos de ingreso son concedidos por la Fiscalía y las Comisarías de Familia dependiendo los casos. Actualmente se encuentran refugiadas diez mujeres quienes reciben alimentación, ayuda psicológica, capacitaciones y terapias.