Una historia de heroismo y sacrificio se vivió el pasado lunes, 9 de mayo, en el Caño de la Auyama, en Barranquilla. Una familia del barrio La Bendición de Dios abordó una canoa para atravesar las turbias aguas del caño.
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Miriam Parejo González de 62 años se dirigía en la embarcación junto a sus nietos de 11 y 2 años hacia una parcela ubicada, al otro lado del caño, donde había una celebración. A bordo de la canoa también viajaba una nuera de la víctima y un bebé de 3 meses.
Según testigos de la zona, la endeble chalupa comenzó a llenarse de agua, de un momento a otro, a mitad del recorrido hundiéndose por completo. «Ella logró auxiliar primero a los niños y después a su nuera, pero al final se ahogó en el caño. Aquí la sacaron desmayada y después nos dijeron que se había muerto la señora», contó Dario Simanca, vigilante del área.
Los testimonos aseguran que la mujer logró salvar a sus tres nietos y hasta a su nuera de morir ahogados en el brazo de río. Un pescador de la zona también ayudó a auxiliarlos, pero no consiguió salvar a la abuela. Todos fueron llevados en bicitaxi al Hospital Barranquilla tras haber ingerido agua del caño. Sin embargo, Parejo González llegó sin signos vitales.
La valerosa abuela nació en el Cerro de San Antonio, en la ribera del río Magdalena, donde aprendió a nadar desde pequeña. Su hijo Juan Hurtado la recuerda como «una mujer trabajadora. Que siempre se preocupó por nuestro bienestar, y por cuestiones de la vida murió salvando a sus nietos».
La mujer será sepultada hoy en el cementerio de Santa María.
PUB/L.R.
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