Como sucedió en el crimen que cometió ‘Tostao’, la mitad de los homicidios que se presentan en la ciudad obedece a un ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales.
Durante años, en las empinadas calles del barrio Soratama, en Usaquén, el nombre de ‘Tostao’ se pronunció en voz baja. Era el sicario más temido de la banda ‘Los Soratama’, un hombre respetado entre criminales y temido por los habitantes del sector. Su historia terminó lejos de ese territorio que controlaba con mano dura: cayó acorralado en pleno centro de Bogotá en un amplio despliegue operativo de la Policía.
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‘Tostao’ tenía a su cargo el control del territorio y la ejecución de castigos ejemplares contra quienes intentaran invadir el barrio de su banda. Su papel fue tan relevante que un sicario de ‘Los Paisas’ atentó contra él, dejándolo gravemente herido. Cuatro impactos de arma de fuego lo mantuvieron durante meses en recuperación.
Apenas se restableció, ‘Tostao’ buscó venganza. Localizó a su agresor y lo asesinó mientras se movilizaba en un vehículo, el cual abandonó en vía pública. Ese carro se convirtió en una pieza clave para vincularlo con el homicidio.
“Apenas recibimos la alerta de lo ocurrido, llegamos al lugar y realizamos entrevistas que fueron aclarando el panorama. En la inspección del vehículo encontramos elementos probatorios que, sumados a la información ciudadana, permitieron identificar al responsable”, detalló el investigador del caso.
Con las pruebas recolectadas, un juez emitió la orden de captura, y su rostro fue incluido en el cartel de los más buscados por homicidio. La difusión de su imagen y el patrullaje constante por la zona hicieron que ‘Tostao’ se sintiera acorralado.
Intentó iniciar trámites legales para entregarse voluntariamente, pero todos sus movimientos estaban siendo vigilados. Un informante anónimo alertó a las autoridades sobre una cita que el delincuente tendría en el centro de la ciudad.
“Atraparlo en su barrio era complicado. Es un sector de difícil acceso vehicular, y cuando alguien ajeno llega, ellos lo detectan de inmediato. Además, estamos hablando de un sicario peligroso; había que actuar con cuidado para no poner en riesgo a civiles ni a los uniformados”, explicó el investigador.
Finalmente, la captura se materializó en el centro de Bogotá. ‘Tostao’, de 32 años, hace parte de los cerca de 400 capturados por homicidio en la capital, como resultado del trabajo articulado entre la Policía Metropolitana de Bogotá, la Fiscalía General de la Nación y la Administración del alcalde Carlos Fernando Galán.

