Ningún formato comercial, grande, mediano o pequeño, está exento del fenómeno de los robos “hormiga”, una modalidad delictiva silenciosa pero constante que afecta a todo el sector del comercio organizado en Colombia. Así lo reveló este jueves Fenalco, durante la celebración de Góndola 2025, el evento más importante del sector retail o comercio al detal del país, realizado en Cartagena.
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De acuerdo con Jaime Alberto Cabal, presidente del gremio, las pérdidas que dejó esta actividad ilegal durante el último año alcanzaron los $160.000 millones, una cifra que preocupa por su impacto directo en la sostenibilidad del sector y en la generación de empleo.
Los robos “hormiga” golpean con fuerza al comercio colombiano: pérdidas millonarias y creciente sofisticación en los métodos
“No podemos seguir normalizando la pérdida. Más de $160.000 millones en mermas no son solo un dato contable. Son empleos que se ponen en riesgo, inversión que se frena y confianza que se erosiona”, enfatizó Cabal, al presentar el más reciente informe del gremio.
El dirigente explicó que este tipo de hurtos ha evolucionado significativamente, adoptando métodos cada vez más sofisticados. Entre las prácticas detectadas se encuentran el uso de bolsas de aluminio para evadir los sistemas de alarma, el consumo directo de productos dentro de las tiendas sin pagarlos, la alteración de códigos de barra, el uso de tiquetes falsos, la manipulación de devoluciones fraudulentas y, en muchos casos, la complicidad con empleados internos.
Pero lo más alarmante, advirtió el gremio, es que detrás de estos hurtos no siempre hay un individuo actuando por cuenta propia. En muchos casos, operan bandas organizadas que estructuran redes de robo y reventa de productos, incluso reclutando menores de edad para ejecutar los ilícitos. Estas organizaciones actúan en grandes superficies, tiendas de descuento, minimercados y almacenes de conveniencia, aprovechando vulnerabilidades en los sistemas de control.
Los productos más robados
El estudio de Fenalco también reveló el top 10 de las categorías más afectadas por el delito. En el listado aparecen artículos de alto consumo y fácil reventa, tanto para uso personal como para comercialización ilegal.
- Abarrotes (granos)
- Productos para el hogar como utensilios de cocina y lencería (que por primera vez ingresan al listado)
- Carnes frías
- Licores
- Dulces y chocolates
- Artículos de aseo personal
- Atún y otros enlatados
- Dispositivos electrónicos
- Leche
- Gaseosas
Según Cabal, estos productos son los preferidos por los delincuentes debido a que presentan bajo riesgo de detección, esquemas de seguridad débiles y alta demanda en el mercado informal.
“Esta situación pone en evidencia que las organizaciones criminales se adaptan con rapidez, identifican los puntos vulnerables y utilizan cualquier oportunidad para sustraer mercancías, ya sea por necesidad o por fines de lucro”, señaló el presidente de Fenalco.
Llamado a la acción
El gremio hizo un fuerte llamado a las autoridades nacionales y locales para fortalecer la investigación y judicialización de las redes que operan en el comercio. Según los datos presentados, la eficacia de las judicializaciones se redujo de manera preocupante durante el último año.
En 2023, el 56 % de los casos reportados en las principales ciudades del país avanzaba en procesos judiciales, y un 28 % en las ciudades intermedias. Sin embargo, en 2024, esos porcentajes cayeron al 36 % y 19 %, respectivamente. Esto refleja una disminución en la respuesta institucional, lo que genera un ambiente de impunidad que favorece la expansión del delito.
Además de la pérdida económica, el robo “hormiga” genera un impacto reputacional para las empresas, limita la capacidad de inversión en innovación y tecnología, y deteriora la confianza entre los trabajadores y empleadores. “Cada producto robado no es solo una pérdida material: es un golpe a la productividad, al empleo y a la seguridad del país”, enfatizó Cabal.
El gremio también advirtió que algunos de los robos son tan discretos que resultan difíciles de detectar. Desde la alteración de etiquetas hasta el robo de pequeñas cantidades repetidas, estas acciones suman cifras millonarias que terminan afectando la rentabilidad de los negocios.
Una amenaza que crece
Fenalco insistió en la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención, tecnología de vigilancia y capacitación al personal, así como promover una mayor colaboración público-privada para combatir el fenómeno. El gremio plantea que se requiere una política integral que incluya mejoras en los sistemas de seguridad, controles más estrictos en la cadena de suministro y sanciones efectivas para los responsables.
Mientras tanto, los comercios continúan enfrentando una batalla diaria contra un enemigo invisible que se infiltra en pasillos, góndolas y cajas registradoras. El llamado del gremio es claro: el robo hormiga no es una pérdida menor, es una amenaza estructural que pone en riesgo la estabilidad del sector retail colombiano y la confianza de los consumidores.

