El canal RCN transmitió en exclusiva la primera entrevista nacional con María Claudia Tarazona, viuda del fallecido precandidato y senador Miguel Uribe Turbay, asesinado en un atentado en junio de 2025.
La conversación, conducida por José Manuel Acevedo, director de Noticias RCN, generó gran revuelo en la opinión pública debido a las reveladoras declaraciones entregadas por Tarazona. Durante la entrevista, la viuda compartió su opinión sobre la condena a siete años de prisión que recibió el menor de edad señalado de accionar el arma contra la humanidad de Miguel Uribe Turbay.
Pregunta: En este punto también quisiera preguntarle por otra cosa que sé que es dolorosa, pero es necesario. Al joven sicario que mató a Miguel, finalmente lo sancionaron con 7 años en un sistema penal diferencial por ser menor de edad. ¿Qué piensa usted de esa sanción? Y, por otro lado, ¿qué le diría a ese muchacho si algún día se lo encuentra?
María Claudia Tarazona: Yo creo que desde el punto de vista de la política criminal hay que replantear ese tema por dos razones. La primera, porque si un niño de 15 años toma la decisión —ya hablamos de lo que hay detrás de esa decisión— de acabar con la vida de una persona, como lo hizo este joven con Miguel, la consecuencia debe ser proporcional a su acto. Y eso tiene dos aristas: responder por los actos y responder de manera proporcional. Así funciona la vida, porque si queremos un país justo, las penas deben corresponder a la gravedad de lo cometido.
La segunda razón es la necesidad de proteger. Un niño que nunca ha tenido nada y de repente le ofrecen 20 millones de pesos, no valora ni su vida ni la de los demás. En este caso, al joven le ofrecieron dinero, sabía que podía morir y aun así no le importaba. Le dijeron que iba a la cárcel 7 años y que, con buen comportamiento, podía salir en 5 o 4. Entonces, ¿qué incentivo tiene para no hacerlo? Pero si la sanción fuera mucho más severa, por ejemplo 40 años, tendría que pensarlo. No podemos seguir permitiendo que haya oficinas criminales en Colombia que recluten menores como sicarios.
En el atentado contra Miguel había varios jóvenes involucrados. Se entrenan desde los 8 años en el uso de armas blancas y de fuego, hasta convertirse en máquinas de matar. Eso tiene que cambiar. Por eso, las políticas criminales deben cumplir dos objetivos: garantizar justicia proporcional y proteger a esos menores para evitar que sigan siendo reclutados.
Para mí fue un choque inmenso enterarme de que quien le disparó a Miguel tenía apenas 15 años. Me caí al piso cuando lo supe. Soy mamá, tengo tres hijas maravillosas y un hijo pequeño que seguramente será muy parecido a Miguel. Y pienso con dolor en ese niño sicario: él tuvo una vida marcada por la violencia intrafamiliar, la calle, la falta de educación, la droga y el maltrato. Lo reclutaron muy temprano. Me da dolor y rabia, claro, pero yo no escogí el camino de la venganza.
Si algún día pudiera verlo, le diría: “Tu vida sigue, tienes una segunda oportunidad. Tu vida puede cambiar. La de Miguel no, Miguel no tuvo una segunda oportunidad”. Lo pienso así porque, de lo contrario, ese joven saldrá en unos años y volverá a dañar a otra familia. La justicia debe replantearse, pero también debemos buscar caminos de reinserción que impidan que este ciclo se repita. Ese es mi corazón.