Un nuevo caso de intolerancia en Bogotá tiene consternados a los habitantes de Suba, donde una mujer resultó gravemente herida tras un hecho desencadenado por una petición aparentemente simple: pedirle a sus vecinos que bajaran el volumen de la música.
La víctima, identificada como Mariana Pérez, relató que el episodio inició cuando su madre le solicitó a un grupo de personas que departían en una tienda frente a su vivienda, en el barrio El Poa, que moderaran el ruido. A partir de ese momento, comenzó una serie de hostigamientos que se prolongaron durante meses.
Violencia en Suba: mujer terminó con heridas en el rostro por conflicto con vecinos
Según su testimonio, estas personas, presuntamente allegadas a los tenderos de la tienda, emprendieron constantes ataques verbales contra ella y su madre. “Nos gritaban por la ventana, nos decían que se iban a vengar, que nos tenían envidia y que si nos encontraban en la calle debíamos aguantarnos lo que hicieran”, narró Pérez al medio Q’Hubo.
La situación escaló hasta convertirse en un patrón de acoso cada vez que las mujeres salían de su casa. Mariana asegura que incluso fue víctima de acoso sexual en reiteradas ocasiones por parte de algunos de los involucrados. El 23 de agosto, la tensión alcanzó un nuevo punto crítico cuando varias personas se apostaron frente a su residencia para impedirles el paso, generando un ambiente de violencia e intimidación.
El hecho más grave ocurrió días después, cuando una mujer intentó ingresar por la ventana de la vivienda. Al intentar cerrarla, Mariana retiró las manos de la intrusa, lo que provocó la violenta reacción de un hombre que acompañaba a la mujer. El sujeto golpeó con fuerza la ventana, causando que el vidrio se rompiera y los fragmentos cayeran sobre el rostro de la denunciante.
La joven sufrió heridas profundas en la cara, especialmente en la nariz y la ceja, por lo que tuvo que recibir suturas e incapacidad médica por 15 días. Ante el temor por su seguridad, Mariana y su madre decidieron poner en venta la vivienda para abandonar el sector.
La afectada señaló que, pese a las denuncias, las autoridades no han actuado con contundencia frente al caso. “Solo espero que estas personas aparezcan y que las autoridades hagan algo”, declaró la víctima, quien teme que las agresiones puedan repetirse.
Este hecho pone de manifiesto la creciente problemática de la intolerancia en los barrios de Bogotá y la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de convivencia ciudadana y protección a las víctimas.