Bogotá

“Me descontrolé”: la macabra confesión del adolescente que mató a su padre y a su hermana con 193 puñaladas en Bogotá

Un adolescente de 14 años confesó haber asesinado a su padre y a su hermana en Bogotá. La trágica revelación, producto de un ataque de ira, ha conmocionado a la ciudad y ha puesto en evidencia la extrema violencia intrafamiliar.

Les propinó 118 puñaladas
Mayor del Ejército Dura confesión de menor que asesinó a su padre y hermana (Foto: Archivo)

Un escalofriante crimen ha conmocionado a Bogotá tras revelarse la confesión de un adolescente de 14 años, quien admitió haber asesinado a su padre, un mayor del Ejército, y a su hermana de 7 años. En un desgarrador testimonio, el menor relató cómo, en un ataque de ira, apuñaló a sus familiares, en un caso que ha dejado perplejas a las autoridades y ha planteado serias preguntas sobre la violencia intrafamiliar y la salud mental.

La tragedia en un conjunto residencial de Suba

La noche del 29 de julio de 2024, un doble homicidio sacudió a los residentes del conjunto Colina de San Jorge, en la localidad de Suba, en el noroccidente de la capital. La alerta se dio sobre las 11:30 de la noche, cuando los vigilantes escucharon gritos provenientes de la casa número ocho. Al acudir al lugar, los agentes de la Policía encontraron una grotesca escena: los cuerpos de Fabián Humberto Bueno Carranza, mayor activo del Ejército, y de su hija de siete años. En la vivienda también estaba la madre, Catherine Torres Velásquez, quien se encontraba herida, y el hijo mayor de la familia, el adolescente de 14 años, principal sospechoso del crimen.

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Inicialmente, las autoridades manejaron varias hipótesis, pero el peso de las evidencias pronto apuntó al joven. Dos días después de los hechos, el 31 de julio, el adolescente fue presentado ante un juez de control de garantías. La Fiscalía, con base en videos, entrevistas y material forense, le formuló cargos por homicidio agravado. En un giro inesperado, el menor aceptó su responsabilidad en el asesinato de su padre y de su hermana. Actualmente, el joven permanece bajo custodia en una Unidad de Responsabilidad Penal para Adolescentes, mientras su madre, la única sobreviviente, se recupera de las heridas en un centro asistencial, convertida en testigo clave de la tragedia familiar.


El desencadenante: “Estaba estresado”

En los exámenes psicológicos practicados, el adolescente dio detalles de la macabra noche. Según la revista Semana, el detonante fue la ira y el estrés que sentía por los regaños constantes de su padre y por las discusiones de pareja que afectaban a su madre y hermana. “Cuando bajaba iba pensando en apuñalarlo, en ese momento pensé en el cuchillo”, confesó el menor, asegurando que no había planeado el crimen, pero que en su mente ya había calculado la forma de causar mayor daño.

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El joven relató que había recordado lo aprendido en sus clases de biología, donde se hablaba de la anatomía humana y las partes más vulnerables. “Yo sabía que era un lugar donde lo podía matar, en clase de biología, anatomía, siempre nos decían que las partes más delicadas del ser humano eran pecho y cerebro. Yo ya había estudiado las partes débiles, si metía el cuchillo en el pecho sabía que algún órgano se iba a afectar”, reveló, un detalle que ha generado escalofríos entre las autoridades.

Cronología del ataque y el brutal final

El relato del menor es escalofriante. Sobre las 10 de la noche, el mayor Bueno Carranza se encontraba en su habitación, en el cuarto piso, acostado y revisando su celular. Su hija, la menor, estaba dormida a su lado. El adolescente, en un estado de descontrol, bajó a la cocina, tomó un cuchillo y lo ocultó en su espalda mientras subía las escaleras. “Subí y le pegué una puñalada”, relató el menor. Sin embargo, no se detuvo ahí. Después de un breve momento, regresó a la habitación, y al encontrar a su padre en el piso, “sentí rabia y me descontrolé”, y lo atacó con más puñaladas. Según Medicina Legal, el oficial del Ejército recibió un total de 118 heridas de arma blanca.

La tragedia se agravó cuando la hermana, de siete años, se levantó llorando. “Me dijo que pare, que qué estaba haciendo”, contó el joven. Fue en ese momento cuando el adolescente se dirigió a ella y la apuñaló en el pecho, para luego seguir atacándola en el piso. La autopsia de la menor reveló que recibió 75 puñaladas. Después del doble homicidio, el adolescente se dirigió a la cocina. La versión de su madre es que lo encontró esperándola con cuchillos en la mano, y que él la atacó.

El joven, sin embargo, aseguró que ella estaba bajo los efectos del alcohol y que se lesionó al forcejear. A pesar de las versiones contradictorias, los gritos de la mujer alertaron a los vigilantes, quienes intervinieron, y el joven fue capturado con las manos ensangrentadas. La Fiscalía, con la confesión del menor y las pruebas forenses, logró que el adolescente aceptara los cargos, lo que lo llevó a su actual situación legal.

       

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