La muerte de la comunicadora social y periodista Laura Camila Blanco, de 26 años, ha generado conmoción nacional y un intenso debate sobre la violencia en las relaciones de pareja. Aunque en un inicio las autoridades calificaron el hecho como un accidente o un posible suicidio, su familia insiste en que se trató de un feminicidio y pide que se investigue a fondo.
La versión de la madre de Laura Camila Blanco sobre su relación con su pareja
Cecilia Osorio, madre de la joven, habló con diferentes medios de comunicación y reiteró su convicción de que su hija fue empujada desde el noveno piso del edificio en el que vivía, en el barrio Salitre, localidad de Barrios Unidos, en Bogotá.
“Él (el novio) me la venía matando hace mucho tiempo. Fue apagándola y apagándola. Eso no fue un suicidio”, dijo Osorio en entrevista con Noticias Caracol, señalando como principal sospechoso a Óscar Santiago Gómez Leal, pareja sentimental de la víctima.
La madre describió al joven como un hombre “celoso, dominante y egocéntrico”, y aseguró que su hija había sufrido maltrato físico, psicológico y verbal durante la relación.
Una vida llena de proyectos
Laura Camila había dado pasos importantes hacia la independencia. Dos meses antes de su muerte se había mudado al conjunto residencial Salitre Living, trabajaba en una empresa de publicidad y planeaba iniciar una maestría. Había egresado con honores de la universidad y, según sus amigos, estaba entusiasmada con nuevas oportunidades personales y profesionales.
Una relación conflictiva
De acuerdo con la familia, la relación con su novio estuvo marcada por episodios de control y celos excesivos. Incluso, ambos acudieron a terapia de pareja, donde un especialista advirtió que él padecía celopatía.
Una amiga de Laura Camila relató que, pese a las dificultades, ella se sentía animada con la terapia psicológica y había manifestado optimismo sobre el rumbo de su vida en los días previos a la tragedia.
La noche de la tragedia
La última noche de Laura Camila comenzó con una cena en la casa de los padres de su pareja para celebrar su grado académico. Más tarde, ambos regresaron al apartamento en compañía de algunos amigos de él.
Según el relato de la madre, en la madrugada del 27 de julio se desató una fuerte discusión entre la pareja, por lo que se encerraron en una habitación. Los testigos, compañeros de trabajo del novio, aseguraron no haber intervenido. Minutos después, la joven cayó desde la ventana del noveno piso.
Los vigilantes del edificio escucharon la riña y evitaron que el hombre abandonara el lugar. Cuando llegó la Policía, Gómez aseguró que la mujer se había lanzado voluntariamente.
Las sospechas de la familia
Para Cecilia Osorio, la escena presenta múltiples inconsistencias. Según denunció, al momento de la llegada del CTI de la Fiscalía, la habitación había sido alterada: estaba ordenada, la ventana cerrada y no había botellas de licor, pese a que los presentes habían estado bebiendo. Sin embargo, los agentes encontraron señales de una discusión: cuadros caídos, la cama revuelta y un balde con vómito que indicaría que el novio estaba bajo los efectos del alcohol y que fue asistido por Laura Camila antes de la pelea.
Avances en la investigación
En un principio, el reporte oficial de la Policía Metropolitana de Bogotá calificó la muerte como un hecho “infortunado y lamentable”. Sin embargo, la presión de la familia y los resultados forenses cambiaron el rumbo de la investigación.
El Instituto Nacional de Medicina Legal reveló que la joven presentaba asfixia y lesiones físicas previas a la caída, lo que refuerza la hipótesis de un feminicidio. Además, actividades de Policía Judicial del CTI confirmaron que la víctima había sido sometida a un ciclo de violencia de género durante meses.
Con base en estas pruebas, la Fiscalía General de la Nación imputó a Óscar Santiago Gómez Leal el delito de feminicidio agravado. El joven fue capturado en vía pública en el barrio La Estrada, localidad de Engativá, y un juez penal de control de garantías le impuso medida de aseguramiento en centro carcelario.
La voz de la madre
“Estoy segura de que ella fue arrojada. Me duele no haber denunciado antes, me duele pensar que aguantó tanto. Pido que esto no quede impune”, expresó entre lágrimas Cecilia Osorio, quien insiste en que su hija no tomó la decisión de acabar con su vida.
Impacto social
El caso ha despertado indignación en Bogotá y en el país. Colectivos feministas y ciudadanos realizaron una manifestación en memoria de Laura Camila Blanco, exigiendo justicia y mayor protección para las mujeres víctimas de violencia en sus relaciones de pareja.
La tragedia también ha reavivado el debate sobre la necesidad de denunciar a tiempo los casos de violencia psicológica y física, antes de que se conviertan en desenlaces fatales.
Mientras avanza el proceso judicial, la familia de Laura Camila Blanco espera que su caso no quede en la impunidad y que se convierta en un precedente para visibilizar la magnitud del feminicidio en Colombia.

