Los dueños de tiendas cuentan con desesperación cómo el desorden se ha apoderado del corredor comercial en torno a la iglesia del Divino Niño. “¡Aquí no se puede ni caminar! La gente no tiene por dónde pasar, y a nosotros nos tapan los negocios”, relató una comerciante. “Ya ni los clientes quieren venir… esto se volvió una plaza sin control”, agregaron otros, mencionando que la informalidad ahora invade las arterias peatonales y vehiculares, con carretas y puestos improvisados que dificultan las labores cotidianas y aumentan la sensación de inseguridad.
De punto turístico a zona colapsada
Lo que en el pasado fue un lugar atractivo y ordenado, ahora presenta aceras obstruidas y peatones caminando entre carros y vendedores informales. Un narrador de vídeo lo resume así: “Caos, desorden y abandono… este era un punto turístico y hoy los ciudadanos están desplazados”. Las grabaciones aéreas y videos callejeros muestran claramente cómo el espacio público ha colapsado bajo la presión de las actividades no reguladas.
Protesta legal y promesas incumplidas
Los comerciantes han decidido elevar su voz por vías formales: recogieron más de 100 firmas y presentaron un derecho de petición exigiendo compromisos concretos. Según denuncian, en la anterior administración local se aprobaron 620 millones de pesos para el reordenamiento, pero no se ha visto ni una sola acción efectiva. La frustración crece frente a la inacción.
Respuesta de la Alcaldía Local de San Cristóbal
La administración local, por su parte, afirma que está trabajando en un plan integral de reordenamiento comercial y que ya se han llevado a cabo jornadas de sensibilización y pedagógicas. Sin embargo, no han fijado fecha para el inicio de medidas concretas. Los comerciantes, por su parte, aseguran que solo un control firme del espacio público protegerá su derecho a la movilidad, la seguridad y la sostenibilidad de sus negocios.
La tensión en el barrio 20 de Julio continúa, y los habitantes mantienen su exigencia: no más promesas, sino hechos. La administración local tiene la tarea urgente de transformar la informalidad y el caos en orden y seguridad.

