El suceso, capturado por cámaras de seguridad del lugar, muestra cómo el agresor se acercó a dos agentes de tránsito que se encontraban estacionados. Sin previo aviso, el individuo, cuya vestimenta incluía un pantalón negro con una línea blanca, un saco negro y una capucha que cubría su rostro, procedió a incendiar la motocicleta oficial.
La sorpresa y el desconcierto se apoderaron de los agentes de tránsito, quienes se vieron obligados a alejarse del vehículo en llamas. Mientras el fuego se propagaba, compañeros del responsable, también encapuchados, golpeaban la motocicleta, avivando las llamas en una escena que dejó atónitos a los ciudadanos presentes. La movilidad en la avenida se vio brevemente afectada, con los agentes indicando a los vehículos que continuaran su marcha rápidamente para evitar mayores contratiempos.
La Alcaldía de Bogotá rechaza los hechos y la Fiscalía investiga
La Alcaldía de Bogotá no tardó en expresar su “rechazo de manera categórica los hechos ocurridos”. Las autoridades distritales confirmaron que los agentes involucrados se encuentran en buen estado de salud y están recibiendo acompañamiento psicológico y jurídico, un respaldo fundamental tras el trauma vivido.
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Lamentablemente, la motocicleta fue completamente incinerada y declarada en pérdida total, lo que representa un significativo daño al patrimonio público.
La Fiscalía General de la Nación ha tomado cartas en el asunto y se encuentra investigando a los responsables. Serán judicializados por los delitos de daño en bien ajeno agravado y violencia contra servidor público, que conllevan serias implicaciones legales.
Indignación en redes y el debate sobre el accionar de las autoridades
El video viral ha generado una ola de indignación en redes sociales, condenando el acto de violencia. Sin embargo, la discusión también ha puesto de manifiesto un debate subyacente. Numerosos usuarios, aunque no justifican el ataque, han expresado su “cansancio de abusos por parte de la Policía de Tránsito”. Un comentario popular señala: “Esto muestra el cansancio de los ciudadanos respecto a estos señores”, lo que refleja una polarización en la opinión pública sobre la relación entre la ciudadanía y las autoridades de tránsito en Bogotá.
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Este incidente es un llamado a la reflexión sobre la importancia del respeto a la autoridad y la necesidad de canales adecuados para la resolución de conflictos, al tiempo que se exige transparencia y buen proceder de todos los servidores públicos en el país.

