Un nuevo caso de violencia e intolerancia se sumó a los registros del sistema Transmilenio. La mañana del 26 de junio, fue captada en video una pelea entre dos mujeres por un asiento dentro de un articulado que transitaba cerca de la estación Parque El Virrey. Las imágenes se viralizaron en redes, evidenciando la creciente falta de respeto entre usuarios.
El material muestra a las mujeres forcejeando y ‘mechoneándose’ mientras otros pasajeros observaban, algunos intentando calmar el altercado. El incidente reavivó el debate sobre la falta de civismo en el transporte público, donde casos similares —inclusive peleas por sillas o discusiones— ya han saltado a la luz en 2025 .
¿Qué dicen las cifras oficiales?
La Policía Metropolitana de Bogotá ha alertado sobre el incremento de actos violentos e intolerantes en Transmilenio. Al corte del 30 de septiembre de 2024, se habían registrado 2.170 casos de agresión con lesiones, incluyendo empujones, ataques con objetos y peleas. Además, en 2024 se reportaron 2.282 hurtos a usuarios de este sistema, mientras que en 2023 la cifra superó los 9.000 robos.
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También se enfatiza una escasa presencia policial dentro de los articulados: solo 611 uniformados deben vigilar aproximadamente 2 millones de pasajeros diarios. Ante esta situación, se han registrado incidentes recurrentes de vandalismo, ventas informales y confrontaciones, reflejo de una crisis en la cultura ciudadana .
En paralelo, la Policía de TransMilenio ha logrado 355 aprehensiones por agresiones a mujeres, acoso o riñas en 2025, y capturó a 190 personas por delitos sexuales en el sistema. Estos datos reflejan no solo ataques físicos sino también una preocupante proliferación de agresiones verbales y sexuales.
¿Qué medidas hay en marcha?
Frente a este contexto, TransMilenio y el Distrito han implementado medidas como:
- Un piloto de botón de pánico en estaciones clave, activado por usuario para reportar agresiones.
- Programas de mayor despliegue policial y presencia de gestores en estaciones, aunque la percepción de seguridad sigue siendo baja .
Impacto y llamado a la convivencia
Este bochornoso episodio debe servir de alerta. La pelea por una silla, aunque aparentemente trivial, expone un problema estructural: la desconexión con la convivencia y el respeto en espacios públicos. Con Transmilenio movilizando un promedio de 2 millones de personas al día, según cifras oficiales, la urgencia de acciones efectivas y campañas de cultura ciudadana es indiscutible.
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Funcionarios del sistema han insistido en la necesidad de responsabilidad colectiva. Tanto en redes como en el espacio público, se reclama: “no convertir el transporte en una lucha diaria entre usuarios”— un manto de civismo que debe ser promovido tanto por autoridades como por ciudadanos.
En definitiva, este episodio es más que un escándalo viral: es un llamado a repensar la tolerancia y el respeto en uno de los principales escenarios urbanos de Bogotá. El reto es real: transformar infraestructuras en espacios de civismo, empatía y seguridad para todos.

