En la noche del sábado, decenas de ciudadanos se congregaron espontáneamente frente a la Fundación Santa Fe, en el norte de Bogotá, para participar de una velatón en apoyo al precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien fue víctima de un atentado armado durante la tarde. La convocatoria, sin liderazgos visibles, surgió como un acto de solidaridad y rechazo a la violencia política.
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Minutos después de que Uribe fuera remitido desde el Medical Center de Engativá a ese centro asistencial de alta complejidad, comenzaron a llegar seguidores, vecinos del sector y transeúntes con velas encendidas y oraciones. Las imágenes difundidas en redes sociales y medios de comunicación muestran a los asistentes en silencio, con velones en las manos o dispuestos sobre el pavimento, mientras otros rezaban en grupo por la recuperación del senador.
Aunque el pronóstico médico del político del Centro Democrático se mantiene reservado, fuentes cercanas confirmaron que hacia las 8:20 de la noche se encontraba estable y con signos vitales. Uribe, de 39 años, fue trasladado en estado delicado luego del ataque y permanece bajo atención especializada.
El atentado generó una ola de rechazo nacional. El Gobierno ofreció una recompensa de hasta $3.000 millones por información que permita identificar y capturar a los responsables. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, calificó lo ocurrido como un hecho “grave y repudiable”, y aseguró que se han activado todas las capacidades de inteligencia, Policía Nacional y Fuerzas Militares para esclarecer el caso.
Según las autoridades, uno de los presuntos agresores, un menor de 15 años, fue capturado tras la rápida reacción de escoltas de la Unidad Nacional de Protección y miembros de la comunidad. La Fiscalía General continúa con las investigaciones, incluyendo el análisis de material de video, ante la hipótesis de que habría más implicados.
Miguel Uribe es hijo de la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991, y nieto del expresidente Julio César Turbay. Actualmente, representa al Centro Democrático en el Senado y se ha posicionado como una de las figuras más visibles de la oposición. La noche del sábado, su nombre fue pronunciado una y otra vez en oraciones y plegarias por la paz de Colombia.