Una red dedicada a la comercialización de celulares hurtados fue desarticulada esta semana en el centro de Bogotá, tras una investigación que duró más de un año y permitió a las autoridades aplicar extinción de dominio sobre cuatro locales reincidentes en este delito.
La operación, articulada entre la Policía Nacional, la Fiscalía General de la Nación y la Sociedad de Activos Especiales (SAE), se llevó a cabo en inmediaciones de la calle 13 con avenida Caracas, con un despliegue de más de 500 uniformados.
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Tras la fachada de negocios legales, una red organizada
Aunque en apariencia ofrecían servicios como reparación, instalación de accesorios y venta de protectores, las autoridades evidenciaron que estos establecimientos formaban parte de una estructura criminal dedicada a la receptación de teléfonos móviles reportados como robados.
“Estos locales (donde se hizo extinción de dominio) tuvieron reincidencia al encontrar, en varios allanamientos, diferentes equipos móviles que tenían reporte de hurto”, indicó el general Giovanni Cristancho, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Durante la jornada se inspeccionaron cientos de dispositivos, se verificaron más de 700 IMEI y se incautaron 45 celulares con denuncia previa por robo, cuyos propietarios serán contactados para su devolución.
El centro de Bogotá, foco de economía criminal
Dos de los inmuebles intervenidos estaban ubicados en el centro comercial Ring Bogotá y los otros dos en el Cundinamarqués. Las diligencias judiciales revelaron vínculos con estructuras que ya habían sido señaladas en procesos previos.
“Hay un proceso judicial que se lleva muy juicioso con la Fiscalía General de la Nación y ya se tienen identificados unos actores criminales”, añadió Cristancho, quien también confirmó que se esperan nuevas capturas en los próximos días.
Un delito en expansión y difícil de erradicar
Para el experto en seguridad Andrés Nieto, la comercialización de celulares robados no solo representa una de las rentas criminales más estables en Colombia, sino que su complejidad ha aumentado con el tiempo.
“En el primer inventario de rentas delincuenciales, se identificó que en Bogotá había 323 bandas; de ellas, 112 se dedicaban exclusivamente al hurto de celulares”, explicó Nieto.
Según el especialista, se trata de una cadena criminal integrada por al menos 12 eslabones distintos, lo que complica su desarticulación total. Desde quien comete el hurto hasta quien lo revende como un equipo aparentemente legal, cada persona cumple una función especializada, similar a una cadena de producción formal.
“Esas 12 personas ya no hacen parte solo de una banda sino que cada uno presta un servicio”, concluyó Nieto.
Hasta el momento, las autoridades reportan en 2025 más de 11.800 denuncias por hurto de celulares, aunque resaltan una disminución del 32 % frente al mismo periodo de 2024. No obstante, los puntos críticos como el sector de la Jiménez con Caracas siguen representando un desafío para la intervención judicial debido a la necesidad de órdenes de allanamiento para ingresar.