El alivio finalmente ha llegado a Bogotá, pues la crisis hídrica causada por el fenómeno de El Niño comienza a ser superada gracias al retorno de las precipitaciones en las áreas que abastecen los embalses del Sistema Chingaza, la principal fuente de agua potable para la ciudad. La colaboración de la ciudadanía, que ha contribuido significativamente al ahorro de millones de metros cúbicos de agua, ha sido crucial en este proceso de recuperación.
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Un elemento esencial en la mejoría de la situación ha sido el racionamiento de agua, implementado desde abril de 2024. A pesar de la controversia inicial que generó esta medida, su efectividad se ha hecho evidente con el tiempo, mostrando resultados positivos en la gestión de los recursos hídricos de la capital.
Incremento de los Niveles de los Embalses
La Alcaldía de Bogotá ha informado que el 12 de julio, los embalses han alcanzado un nivel del 45,33%, una notable recuperación, considerando que durante el pico de la emergencia, los niveles cayeron a cerca del 15%. Sin embargo, las autoridades municipales continúan instando a la población a mantener prácticas de ahorro y uso responsable del agua, especialmente ahora que las restricciones se han flexibilizado.
Consumo actual de agua en Bogotá
El consumo de agua en Bogotá se ha estabilizado en 15,76 metros cúbicos por segundo, un descenso significativo desde los casi 16,62 metros cúbicos por segundo registrados el jueves 11 de julio, cuando no hubo racionamiento. Este descenso en el consumo es una señal positiva, pero el Distrito recuerda a los habitantes la importancia de seguir adoptando medidas de ahorro, independientemente de si hay racionamiento en vigor o no, para no comprometer los progresos realizados en la recuperación de los embalses.
Ajustes en el racionamiento
El alcalde Carlos Fernando Galán anunció un cambio en la política de racionamiento a partir del 1 de julio. Ahora, el racionamiento se aplicará día de por medio. Por ejemplo, el 1 de julio la zona 1 no tendrá suministro de agua, el 2 de julio no habrá racionamiento, el 3 de julio será el turno de la zona 3, y así sucesivamente. Este nuevo esquema tiene como objetivo equilibrar la distribución del recurso mientras se mantiene el proceso de recuperación de los niveles de los embalses.
En resumen, la combinación de la llegada de las lluvias, la cooperación ciudadana y las medidas de racionamiento han permitido a Bogotá empezar a superar la emergencia hídrica. Aun así, es crucial que los habitantes continúen con prácticas responsables de uso del agua para asegurar la sostenibilidad de los recursos hídricos a largo plazo.