El exfiscal de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Carlos Julián Bermeo Casas, ha sido detenido en una operación liderada por investigadores del CTI de la Fiscalía en la capital colombiana. La captura obedece al cumplimiento de una sentencia de 8 años de prisión impuesta por el Tribunal Superior de Bogotá en septiembre de 2022. Bermeo fue hallado culpable de cohecho propio, tras recibir 40.000 dólares para influir indebidamente en un proceso relacionado con Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias “Jesús Santrich”, líder de las FARC.
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La sentencia concluyó que Bermeo Casas se encontró repetidamente con un individuo que se identificó como enviado de Santrich. Durante sus conversaciones, se destacó que él tenía la capacidad e influencia para demorar el proceso de extradición, manipulando la presentación y devolución de documentos ante el magistrado encargado del caso por asignación.
Con plena conciencia de la ilegalidad de sus acciones, el exfiscal acordó el pago de una suma de dinero para agilizar estos trámites y favorecer al excomandante guerrillero, quien había sido detenido por su participación en el plan de envío de cocaína a Europa. Según la sentencia, su comportamiento fue descrito como “codicioso”.
La Sala determinó que las acciones de Bermeo “dañaron de manera inconmensurable” la reputación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que en ese momento estaba en proceso de consolidación tras la firma del Acuerdo de Paz, así como la credibilidad de todo el sistema judicial.
El fallo afirmó que la conducta de Bermeo fue intencional al defraudar la confianza depositada en él como servidor público en el sistema de justicia social. Además, como fiscal del Alto Tribunal de Paz, se esperaba que actuara dentro del marco de la transición y el conflicto, lo cual ha generado graves consecuencias para Colombia.
La sentencia calificó el papel de Bermeo como “reprochable” ya que priorizó sus intereses personales y corruptos, como la exigencia de dinero, sobre su deber como funcionario público. Se destacó la insensibilidad del acusado y el lenguaje utilizado durante sus acciones criminales.
El fallo también hizo referencia a las comunicaciones del exfiscal de la JEP con el supuesto enviado de Santrich para coordinar sus acciones. Se señaló su participación en un plan para enviar drogas a Roma, Italia, evidenciando su total desconsideración por cualquier tipo de ética.
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Con el objetivo de prevenir la repetición de tales hechos, se impuso una pena ejemplar. La sentencia destacó la importancia de la prevención del delito para evitar que el condenado reincida en conductas de similar gravedad y para disuadir a otros de cometer actos similares.
A pesar de ello, el exfiscal de la JEP fue absuelto de los delitos de concierto para delinquir y tráfico de influencias como servidor público, debido a la falta de pruebas presentadas por la Fiscalía General durante el juicio.
