El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, asume el liderazgo en las operaciones de emergencia tras el devastador incendio forestal en el área de Gibraltar, Bosa. Su intervención se basa en una declaración oficial que no solo ofrece un informe detallado sobre la situación actual sino que también emite recomendaciones cruciales para hacer frente a las repercusiones en la calidad del aire de la ciudad, un problema que afecta principalmente el suroeste de Bogotá.
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El incendio, que se originó en el predio de Gibraltar junto con otros focos cercanos a Bogotá, ha desencadenado una densa nube de humo. El alcalde Galán, en su declaración, destaca la importancia de monitorear de cerca la calidad del aire y toma medidas preventivas fundamentales. Insta a aquellos que se encuentren en las proximidades del área afectada a cerrar las ventanas y a utilizar mascarillas, especialmente los menores de cinco años, los mayores de 60 y las mujeres embarazadas.
Para hacer frente a esta emergencia, 30 efectivos respaldados por tres carro tanques, seis unidades de extinción de incendios, una unidad de altura, una unidad para materiales peligrosos, un equipo de rescate y tres vehículos están actualmente involucrados en las labores de extinción. Este equipo proviene de las estaciones de Bosa, Kennedy, Fontibón y Puente Aranda, trabajando incansablemente para controlar las llamas que se originaron en terrenos pertenecientes a la Empresa de Acueducto de Bogotá, donde anteriormente funcionaba un vertedero.
Mala calidad del aire en Bogotá: consulte las recomendaciones de salud
El impacto de este incendio, combinado con situaciones similares en Funza, la región Orinoquía, la región Caribe y el valle del río Magdalena, ha elevado significativamente la concentración de material particulado de 2.5 y 10 micras en todas las estaciones de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá.
La Secretaría Distrital de Salud ha emitido recomendaciones cruciales para la salud pública, subrayando la importancia de evitar la exposición directa al humo. Además, se aconseja a la comunidad afectada que cubra sus vías respiratorias con mascarillas o pañuelos húmedos, mantenga puertas y ventanas cerradas, y limpie las superficies con paños húmedos para evitar la propagación del hollín.
Se insta a evitar cualquier actividad física al aire libre y a mantenerse bien hidratado, especialmente para personas vulnerables como niños menores de cinco años, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades respiratorias crónicas como asma o EPOC, así como aquellos que dependen de oxígeno o tienen sistemas inmunológicos debilitados.
En caso de experimentar síntomas como dificultad para respirar, fatiga, dolor en el pecho, cansancio o confusión, se aconseja buscar atención médica de urgencia en los servicios de la ciudad.
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Adicionalmente, se proporcionan más recomendaciones detalladas, desde evitar acercarse al área del incendio hasta mantener cerradas puertas y ventanas. También se hace hincapié en el seguimiento a personas más sensibles, como niños y personas mayores, asegurando que continúen con sus tratamientos prescritos y evaluando la posibilidad de trasladarlos a zonas no afectadas.
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Este aumento en la contaminación del aire, en particular, aumenta el riesgo de síntomas respiratorios y diversas complicaciones respiratorias y cardiovasculares. La identificación y seguimiento de personas más sensibles se vuelve crucial en esta situación, destacando la necesidad de una respuesta coordinada para mitigar los impactos en la salud pública.
