Barranquilla

Diomedes Díaz cumple 12 años de fallecido: así lo recuerdan en Valledupar con actos y serenatas

Doce años después de la muerte de Diomedes Díaz, Valledupar vuelve a convertirse en escenario de memoria y música. Homenajes, ofrendas y relatos poco conocidos de sus inicios en el Festival Vallenato resurgen para recordar cómo un joven guacharaquero, casi por accidente, comenzó a escribir una de las leyendas más grandes del folclor colombiano.

Cada 22 de diciembre la tumba de Diomedes Díaz reúne a quienes conmemoran su muerte y su legado.
Diomedes Díaz desde las redes sociales Foto: Insrtagram @diomedesdiazvive

Se cumplen 12 años del fallecimiento de Diomedes Díaz, el cantautor que marcó para siempre la historia del vallenato y que sigue vivo en la memoria colectiva del país. En Valledupar, cuna del folclor vallenato, el recuerdo de ‘El Cacique de La Junta’ se mantiene intacto a través de eventos, homenajes y actos simbólicos que resaltan su legado musical y humano.

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Este aniversario reúne a seguidores, músicos, familiares y amantes del género en una agenda especial que incluye una ofrenda floral en su tumba, una eucaristía en su honor, la develación del nuevo diseño y restauración del lugar donde reposan sus restos, y un emotivo cierre con serenata musical, como tributo al artista que conquistó multitudes con su voz inconfundible y sus letras cargadas de sentimiento.

El legado de Diomedes Díaz sigue vivo: homenajes en Valledupar a 12 años de su partida

Las historias del vallenato, como las de Diomedes Díaz, no se pierden en el tiempo. Permanecen vivas gracias al Festival de la Leyenda Vallenata, el escenario que desde 1968 ha sido guardián de cantos, versos y anécdotas que definen la identidad cultural del Caribe colombiano. Fue allí donde, casi sin proponérselo, Diomedes dio sus primeros pasos en la música.


En 1974, un joven Diomedes Díaz Maestre se inscribió como guacharaquero y cantante en el concurso de acordeón aficionado del Festival, acompañando al acordeonero Francisco Palencia Barragán, oriundo de Planeta Rica, Córdoba. El grupo lo completaban el cajero Jairo Suárez Reales y el propio Diomedes, quien por entonces apenas comenzaba a mostrar su inquietud por el folclor.

Para esa época, Francisco Palencia vivía en Valledupar y trabajaba en un lavadero de carros propiedad de su cuñado, mientras frecuentaba el restaurante ‘La Cascada’, de Alcides ‘Chide’ Maestre, tío de Diomedes. Fue en ese lugar donde surgió la amistad y donde, entre parrandas, nació la idea de participar en el Festival, aun sin experiencia ni grandes ensayos.

El repertorio elegido incluía el merengue ‘Los areticos’, autoría de Diomedes Díaz; el paseo ‘La primavera’, de Lorenzo Morales; la puya ‘Pedazo de acordeón’ y el son ‘Mi comadre Consuelo’, ambas de Alejo Durán. Sin embargo, los nervios jugaron una mala pasada. Durante la interpretación del merengue, a Diomedes se le cayó la guacharaca, obligando a detener la presentación ante el público.

Luego de ese incidente, el grupo no fue llamado nuevamente al escenario. “Éramos novatos y solo nos movía la fiebre del folclor”, recordó años después Jairo Suárez Reales, quien aseguró que aquella experiencia, lejos de frustrarlos, se convirtió en una anécdota que con el tiempo provocó risas y aprendizaje. Esa fugaz presentación, de apenas tres minutos, quedó registrada como el inicio de una leyenda.

Con los años, Diomedes Díaz regresó al Festival ya como compositor. En 1976 obtuvo el tercer puesto en el concurso de canción vallenata inédita con el paseo ‘Hijo agradecido’, interpretado junto a su tío Martín Maestre en el acordeón. La canción fue dedicada a sus padres, Rafael María Díaz Cataño y Elvira Antonia Maestre Hinojosa, y reflejaba el profundo sentido familiar que marcó su obra.

“En el mundo no he hallado un obsequio material para poder pagar a mi padre y a mi madre…”, decía uno de los versos más sentidos del tema, que luego fue grabado por el conjunto de Pedro García Díaz y Florentino Montero, consolidándose como una de las composiciones más emotivas de su repertorio.

La última participación de Diomedes Díaz en el Festival de la Leyenda Vallenata ocurrió en 1987, cuando llegó a la final con el paseo ‘Señor maestro’, dedicado a Rafael Escalona. Aunque fue descalificado por llevar publicidad en su camiseta, la canción se convirtió en otro homenaje memorable dentro del folclor y fue grabada años después en la producción ‘Listo pa’ la foto’, junto a Álvaro López.

A doce años de su partida, Diomedes Díaz Maestre sigue siendo un referente indiscutible de la música vallenata. Su voz, sus historias y su sensibilidad continúan resonando en cada acorde, en cada parranda y en cada festival. En Valledupar, su legado no se llora: se canta, se honra y se mantiene vivo, como el viento libre que siempre fue y que nunca pudo ser atrapado.

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