Barranquilla

Conmoción por nuevo feminicidio en Colombia: hombre asesinó a su expareja, docente de filosofía y luego se quitó la vida

La maestra Beatriz Elena Suárez acudió a una Comisaría de Familia para denunciar amenazas y violencia intrafamiliar… pero el proceso quedó estancado, dejando abiertas preguntas sobre lo que pudo evitarse.

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en Cartagena AME9905. CARTAGENA (COLOMBIA), 25/11/2019.- Cientos de mujeres marchan este lunes por la defensa sus derechos con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en el centro histórico de Cartagena de Indias (Colombia). EFE/ RICARDO MALDONADO ROZO (RICARDO MALDONADO ROZO/EFE)

Beatriz Elena Suárez Martínez, oriunda de Montería y de 43 años, había construido casi toda su vida en Cartagena, ciudad a la que llegó siendo una niña y donde encontró las oportunidades que marcaron su trayectoria personal y profesional. Con esfuerzo, vocación y constancia, logró abrirse camino en el ámbito educativo: estudió Filosofía, se formó como docente y este diciembre estaba ad portas de culminar una especialización que le garantizaría un mejor escalafón y nuevas oportunidades en su carrera. Su vida, sin embargo, se vio atravesada por un ciclo de violencia que terminó convirtiéndola en víctima de un feminicidio que ha sacudido a la comunidad educativa y a la ciudad entera.

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Durante los últimos años, Beatriz impartía clases de ética y filosofía en la Institución Educativa Francisco de Paula Santander, ubicada en el barrio La María. Sus estudiantes la recuerdan como una profesora cercana, exigente y profundamente comprometida con su labor. Era también madre de una adolescente de 14 años, fruto de la relación de casi dos décadas que mantuvo con Alexi Velazco Salazar, un cartagenero de 51 años dedicado a su taller de mecánica automotriz en el sector La Consolata. Juntos habían construido un hogar en Ciudad Bicentenario, donde lograron comprar una vivienda con el trabajo conjunto de ambos.

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Sin embargo, lo que empezó como una relación estable comenzó a deteriorarse con el tiempo. De acuerdo con uno de los tíos de Beatriz, las discusiones se volvieron cada vez más frecuentes debido a la falta de apoyo económico por parte de Alexi. Según su relato, cuando la docente comenzó a consolidarse profesionalmente, su pareja dejó de aportar para el sostenimiento de la casa y de la hija. Las tensiones se hicieron insostenibles, lo que llevó a Beatriz a tomar la decisión de separarse aproximadamente un mes y medio antes de los hechos.


Tras la separación, la casa de Ciudad Bicentenario quedó vacía. Beatriz se mudó con su hija a un apartamento en Ciudad Jardín, mientras Alexi se trasladó a San José de Los Campanos. Aunque la relación había terminado, él insistió en reanudarla y comenzó una serie de súplicas y presiones que ella no estaba dispuesta a aceptar. La situación se agravó cuando, hace apenas una semana, Alexi la amenazó explícitamente si no regresaba con él.

Beatriz tomó la decisión de denunciarlo ante una Comisaría de Familia por violencia intrafamiliar. Así quedó registrado en el reporte de la Policía Metropolitana, que confirmó que Alexi tenía una anotación judicial en el Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA) por ese mismo delito. Si bien el hombre acudió ante las autoridades tras la denuncia, según el familiar de la docente, continuó enviándole amenazas más directas y peligrosas.

En uno de los episodios más inquietantes, Alexi habría empeñado el carro de la pareja, vehículo que utilizaba para ir del hogar al taller, con el fin de adquirir un arma de fuego. El tío de Beatriz aseguró que ella recibió por WhatsApp una imagen del revólver acompañada de un mensaje intimidante. Aunque la familia logró recuperar el vehículo días después, nada pudo detener la tragedia que se avecinaba.

Beatriz mantenía una rutina clara desde que vivía en Ciudad Jardín: caminaba hasta la vía principal de La María, desde donde tomaba una mototaxi rumbo al Mercado de Bazurto, para luego abordar un articulado de Transcaribe camino a casa. La docente intentó seguir su ruta habitual la tarde del martes 25 de noviembre, alrededor de las 4:00 p. m., mientras en el Centro Histórico se desarrollaba una multitudinaria marcha por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Según las versiones recopiladas por su tío y por testigos, Alexi llegó en moto al sector y esperó a que ella saliera del colegio. Al verla, la tomó por el cabello y comenzaron a discutir. En cuestión de segundos, el hombre sacó de la pretina de su pantalón el arma con la que la había amenazado días antes y le disparó tres veces. Beatriz murió en el acto; su cuerpo quedó tendido en plena vía, junto a su bolso y una botella de agua.

Tras cometer el crimen, Alexi intentó huir en la motocicleta. Sin embargo, residentes del sector alertaron a las autoridades y una patrulla motorizada de la Policía logró interceptarlo metros adelante. Cuando los uniformados se disponían a requisarlo, el hombre se disparó con la misma arma, quitándose la vida en el lugar. Para la familia de Beatriz, fue la culminación de una tragedia anunciada.

En las horas siguientes, la comunidad educativa, organizaciones sociales y miles de ciudadanos expresaron su repudio ante el feminicidio. Fecode, la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, publicó un comunicado lamentando la muerte de la docente y exigiendo justicia y acciones más contundentes para proteger a las mujeres. “Con inmenso dolor repudiamos el feminicidio de la compañera docente Beatriz Elena Suárez Martínez... ¡Ni una más! ¡Ni una menos! Las queremos vivas”, señaló la organización.

Victoria Avendaño Pedrozo, ejecutiva de Fecode, también se pronunció, enviando un mensaje de solidaridad a familiares, colegas y estudiantes. Hoy, la ciudad de Cartagena llora la pérdida de Beatriz y exige medidas reales frente a una violencia que se repite, pero que no puede seguir normalizándose.

       

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