Barranquilla

Soldado que desobedeció a sus padres murió corneado en una corraleja

Su muerte reabre el debate sobre la seguridad en las corralejas en Colombia.

Archivo - Militares del Ejército de Colombia EJÉRCITO DE COLOMBIA - Archivo

Una profunda conmoción se vive en el municipio de Sabanalarga, Atlántico, tras la muerte del soldado Brainer José Marrugo, de 19 años, quien perdió la vida luego de ser corneado por un toro durante las tradicionales corralejas celebradas en esa población.

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Según relató su hermana, Luisa Fernanda Marrugo, el trágico hecho ocurrió el pasado 1 de octubre, cuando el joven intentó refugiarse debajo de la corraleja, pero fue alcanzado por el toro que lo embistió con fuerza. “Se vino de Clemencia, Bolívar, escondido de mi mamá, para Sabanalarga para los toros. Al momento de ingresar a un hueco, dicen muchas personas que hubo uno que lo empujó, no alcanzó a meterse y el toro lo puyó del cuello hasta la oreja, en el brazo y en una de sus piernas. Lamentablemente no sobrevivió porque la herida se infectó, le dio un paro y la sangre se le acumuló en el cerebro”, relató con dolor.

De acuerdo con su testimonio, Brainer había salido de su municipio sin permiso de sus padres y llegó el mismo miércoles a las corralejas. La tragedia ocurrió alrededor de las 5 de la tarde, cuando cientos de asistentes observaban el evento.


El joven fue trasladado de inmediato al Hospital de Sabanalarga, y posteriormente remitido a la Clínica San Rafael, donde los médicos lucharon por salvarle la vida, sin éxito.

Brainer José Marrugo se encontraba prestando el servicio militar en Antioquia y había regresado a su municipio días antes del suceso. Según contó su hermana, había solicitado permiso por motivos médicos y tras una discusión con un superior. “Solo tenía nueve meses prestando el servicio. Pidió permiso para venir porque tenía un dolor y porque había peleado con un cabo. Mi hermano le dijo al cabo que se iba y el cabo le respondió: ‘si se quiere ir, váyase’”, explicó Luisa Fernanda.

La familia aseguró que Brainer era un joven alegre, apasionado por las fiestas populares y amante de las corridas de toros que se celebraban en los municipios de Bolívar. Su muerte deja un profundo vacío entre sus familiares y amigos, quienes piden a las autoridades mayor control en los eventos taurinos, donde cada año se registran heridos y fallecidos.

El caso reaviva el debate sobre la seguridad en las corralejas y el riesgo que enfrentan los asistentes, especialmente los jóvenes que ingresan a la arena sin protección.

       

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