La tragedia en el sector de El Boliche, en pleno centro de Barranquilla, sigue creciendo y estremeciendo a la ciudad. Lo que comenzó como una práctica habitual entre habitantes de calle y vendedores ambulantes terminó en una emergencia sanitaria que deja ya nueve muertos confirmados y al menos seis personas más en cuidados intensivos. El consumo de licor adulterado, fabricado de manera artesanal y vendido a precios irrisorios, ha cobrado la vida de hombres que agonizaron en la vía pública y en los pasillos del Hospital General de Barranquilla.
El general Edwin Urrego, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, reveló un detalle que ha causado conmoción: “La primera persona que falleció fue la que preparó el licor y la que lo distribuyó”. Se trata de Nicolás Manuel Medrano, quien ingresó al hospital a las 4:30 de la madrugada del martes y murió apenas una hora después. Según las autoridades, en su lugar de residencia se encontraron pimpinas y botellas plásticas utilizadas para la preparación y venta de estas bebidas letales.
Licor artesanal “Cococho” causa emergencia sanitaria en el centro de Barranquilla
Los informes preliminares señalan que cada botella se vendía en el sector por apenas 2.000 pesos, bajo la marca artesanal conocida como “Cococho”. Esa bebida, aparentemente elaborada con alcohol de madera, habría sido ingerida por las víctimas, provocándoles graves convulsiones y un desenlace fatal.
Un vendedor ambulante de la zona relató que la tragedia comenzó alrededor de las 3:00 de la madrugada, cuando los vecinos hallaron a Medrano convulsionando en la calle. “Estaba tirado en el suelo y enseguida lo llevaron al hospital”, aseguró. Minutos después, al menos tres personas más comenzaron a mostrar los mismos síntomas. “Uno estaba en una carretilla convulsionando”, añadió.
La rutina de reunirse en ese punto de El Boliche para consumir licor barato era habitual, según el testigo. “El que hacía el licor también vigilaba por aquí y los demás pasaban con él”, recordó. Esa confianza resultó mortal, pues quienes bebieron de las botellas distribuidas por Medrano corrieron la misma suerte.
Hasta ahora, las autoridades han identificado a cuatro de las víctimas mortales: Nicolás Manuel Medrano, Helmot Enrique Escolar, José Felipe Crespo Ortiz y Emiro Alberto Miranda. Las otras cinco personas fallecidas fueron halladas en distintos puntos de la ciudad, incluidos los barrios Rebolo y San Roque, pero permanecen sin identificar.
En el Hospital General de Barranquilla permanecen internadas al menos cinco personas en estado crítico. El toxicólogo Agustín Guerrero confirmó que todas se encuentran en UCI, con pronóstico reservado. Entre ellos figuran Pedro Pablo Capachero Caraballo, así como Ana Cecilia Céspedes y Edilberto De León, quienes luchan por sobrevivir.
El general Urrego advirtió que se desplegaron operativos de urgencia en el sector de El Boliche para evitar que otras personas consuman restos del licor contaminado. “Estamos alertando a todas las patrullas para verificar si hay habitantes de calle ingiriendo licor en este momento y prevenir que aumente el número de fallecidos”, explicó.
Según el alto oficial, los análisis toxicológicos señalan que los intoxicados habrían consumido alcohol de madera, un químico altamente tóxico que al ser ingerido produce ceguera, fallo multiorgánico y, en la mayoría de los casos, la muerte por cierre de las vías respiratorias. “Lo que hemos podido establecer es que en el lugar se encontraban dos pimpinas, lo que nos hace presumir que era una distribución de licor no en grandes cantidades, pero sí suficiente para provocar esta tragedia”, agregó Urrego.
La Policía Metropolitana recordó que en lo corrido de este año se han realizado al menos tres operaciones contra la producción y venta de licor adulterado en Barranquilla, especialmente en el barrio Las Nieves, coincidiendo con los eventos de Carnaval. Estas acciones dejaron como resultado 14 personas capturadas, aunque los expendios ilegales continúan proliferando en distintos sectores.
La magnitud de lo ocurrido en El Boliche es un nuevo campanazo de alerta. El general Urrego hizo un llamado a la ciudadanía para denunciar cualquier expendio sospechoso a través de la línea 123 o del número 317-896-5523, habilitado como línea contra el crimen. “Estos resultados operativos se logran gracias a la información que los mismos ciudadanos nos brindan. Necesitamos que nos sigan apoyando para prevenir más muertes”, indicó.
Lo sucedido refleja la vulnerabilidad de las comunidades más empobrecidas, que, en medio de la necesidad y la falta de oportunidades, recurren a bebidas de bajo costo sin imaginar el riesgo mortal que conllevan. El dolor de las familias y la angustia de los testigos son evidentes. Quienes estuvieron presentes describen escenas desgarradoras: hombres botando espuma por la boca, cuerpos convulsionando en plena calle y el desespero de no poder hacer nada.
La Fiscalía General ya abrió una investigación para establecer las redes detrás de la elaboración y distribución de este licor. Mientras tanto, el recuerdo de El Boliche permanece marcado por la tragedia. Lo que para algunos parecía una forma barata de escapar de la realidad, terminó convertido en un veneno letal que arrebató nueve vidas y dejó a varias más pendiendo de un hilo.

