Un indignante caso de abuso contra dos visitantes extranjeros encendió las alarmas este jueves en la isla de Tierra Bomba, en Cartagena. El hecho involucró a dos jóvenes alemanes, de aproximadamente 19 años, quienes alquilaron una moto acuática en el sector conocido como El Laguito, con la expectativa de disfrutar de un recorrido turístico en la zona.
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De acuerdo con la denuncia, apenas 30 minutos después de haber iniciado la actividad, el vehículo se quedó sin gasolina, obligando a los jóvenes a detener su travesía en medio del mar. A pesar de la evidente falla del servicio, los turistas fueron forzados a pagar una suma de 500 mil pesos por tan solo 45 minutos de uso, una cifra considerada desproporcionada y que pone en evidencia la falta de control y regulación sobre este tipo de servicios turísticos en la ciudad.
Indignación por caso de abuso contra turistas en Tierra Bomba
El episodio fue presenciado por un ciudadano que navegaba hacia Cartagena y que encontró a los jóvenes varados, intentando resolver la situación por sus propios medios. Indignado, el testigo decidió hacer pública la denuncia, asegurando que hechos como este representan un riesgo para la seguridad de los visitantes y afectan gravemente la imagen turística de la capital de Bolívar.
“¡Qué horror! Las autoridades deben ponerse las manos en la cabeza”, manifestó el denunciante, quien hizo un llamado urgente a reforzar los mecanismos de vigilancia y establecer controles más estrictos sobre la prestación de estos servicios.
El caso ha generado preocupación entre empresarios del sector turístico, quienes advierten que este tipo de abusos pueden ahuyentar a los visitantes internacionales y afectar la economía local. La llegada de turistas extranjeros es vital para la dinámica económica de Cartagena, por lo que garantizar experiencias seguras y confiables es una prioridad.
Ante lo sucedido, la ciudadanía insiste en la necesidad de que la Alcaldía, la Policía de Turismo y otras autoridades competentes trabajen de manera coordinada para proteger a los turistas y sancionar a quienes se aprovechan de su desconocimiento. La exigencia es clara: reforzar los controles y evitar que se repitan hechos que empañen la reputación de la ciudad como uno de los destinos más importantes de Colombia y el Caribe.

