Un preocupante caso de extorsión en Cartagena salió a la luz tras la captura y judicialización de Cristian David Bustos Morales, un joven de 18 años que, según la Fiscalía General de la Nación, estaría implicado en exigencias económicas realizadas a un adolescente de 17 años.
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De acuerdo con el ente acusador, el pasado 31 de agosto la víctima recibió una llamada en la que le exigían el pago de 300 mil pesos bajo amenaza de asesinarlo a él y a su familia si no cumplía con lo solicitado. Ante el temor por su vida, el menor y su familia pusieron en conocimiento de las autoridades la grave situación, lo que permitió activar un operativo inmediato.
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El Gaula de la Policía Nacional adelantó labores investigativas y, el 2 de septiembre, realizó un operativo en el barrio Los Calamares de la capital bolivarense. En ese procedimiento, los uniformados sorprendieron a Bustos Morales cuando recibía la suma de dinero pactada. Además del efectivo, se incautaron tres pulseras de oro, propiedad del adolescente, que habrían sido entregadas como parte del pago exigido por los delincuentes.
Por solicitud de un fiscal de la Seccional Bolívar, un juez de control de garantías ordenó medida de aseguramiento en centro carcelario contra el señalado, quien deberá responder por el delito de extorsión. Pese a las evidencias, el joven no aceptó los cargos formulados en su contra.
La Policía Metropolitana de Cartagena (Mecar) recordó que en lo corrido de 2025 se han capturado 26 personas por delitos relacionados con la extorsión, lo que refleja la magnitud del problema en la ciudad. Frente a ello, las autoridades insisten en la importancia de la denuncia ciudadana para desmantelar estas redes criminales.
“Reiteramos nuestro llamado a utilizar la línea gratuita 165, disponible las 24 horas del día, donde funcionarios especializados atenderán a las víctimas, les darán acompañamiento oportuno y evitarán que caigan en estas prácticas delictivas”, señaló la Mecar en un comunicado.
Este caso pone de relieve el riesgo al que están expuestos incluso los jóvenes y estudiantes, quienes se convierten en blancos de amenazas e intimidaciones. Al mismo tiempo, demuestra la efectividad de los operativos policiales y judiciales cuando existe una denuncia oportuna. La Cumbre de seguridad en Cartagena se mantiene como una prioridad para combatir la extorsión, un delito que vulnera la tranquilidad de las familias y afecta el desarrollo social y económico de la ciudad.