En Cartagena, se ha generado una fuerte polémica en torno a presuntas prácticas de discriminación contra las mujeres en el centro histórico, protagonizadas por funcionarios de la alcaldía. Diversos testimonios señalan que a varias mujeres se les ha negado el acceso a ciertos sectores, bajo argumentos relacionados con su forma de vestir.
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De acuerdo con los relatos, las afectadas tenían en común el uso de vestidos ceñidos al cuerpo, faldas cortas o shorts, prendas comunes en una ciudad donde el clima es caluroso. Las mujeres aseguran que se encontraban en actividades cotidianas, como comprar comida o compartir con amigas, cuando funcionarios de la alcaldía de Cartagena les impidieron el ingreso. “No es la primera vez que me sucede este tema de estigmatización por mi vestimenta”, relató una ciudadana, quien señaló que tanto ella como su hija han vivido situaciones similares.
Los testimonios ponen en evidencia una contradicción con los logros de los movimientos feministas del siglo pasado, que conquistaron el derecho de las mujeres a elegir su manera de vestir como parte de su libertad de expresión y autonomía corporal. Sin embargo, de acuerdo con la opinión pública, las medidas de la administración local tendrían como objetivo frenar el ejercicio de actividades sexuales pagas en la zona turística.
Las afectadas rechazan categóricamente que su vestimenta pueda asociarse con dicha práctica. “Elegir prendas cómodas para enfrentar el calor y expresar nuestra personalidad no significa que estemos vinculadas a otra cosa. Las mujeres también tenemos una vida: venimos a divertirnos, a bailar, a comer y a disfrutar de nuestra ciudad”, expresaron en un comunicado informal difundido en redes sociales.
Los colectivos feministas y ciudadanas insisten en que este tipo de restricciones vulneran derechos fundamentales como la libertad de expresión, el libre desarrollo de la personalidad y el derecho a disfrutar del espacio público sin estigmatización. Para ellas, el verdadero problema que afecta a la sociedad no es la forma en que se visten las mujeres, sino el machismo, el sexismo y el racismo que persisten en las instituciones.
Finalmente, las mujeres cartageneras hicieron un llamado a la alcaldía de Cartagena, encabezada por Dumek Turbay, para que no solo respete, sino que defienda y priorice los derechos de las mujeres, en lugar de intentar proyectar una imagen de “ciudad perfecta” orientada exclusivamente al turismo.