Barranquilla

Clubes de Tejedoras: puntada a puntada, Barranquilla une tradición y futuro

En Barranquilla y Puerto Colombia, 16 Clubes de Tejedoras reúnen a 930 mujeres que han convertido el crochet en motor de ingresos, apoyo mutuo y preservación cultural.

Foto clubes de Tejedoras: puntada a puntada, Barranquilla une tradición y futuro.
Jorge Yepes Foto clubes de Tejedoras: puntada a puntada, Barranquilla une tradición y futuro. (Jorge Luis Yepes Penaranda.)

En las cinco localidades de Barranquilla y en Puerto Colombia, un grupo de 930 mujeres se reúne semanalmente para tejer mucho más que hilos: tejen comunidad, apoyo mutuo y oportunidades. Son 16 Clubes de Tejedoras, integrados por artesanas que han encontrado en el tejido una manera de fortalecer sus ingresos, preservar un oficio tradicional y construir redes de solidaridad entre vecinas.

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El modelo, diseñado por Inpsicon Ltda. en alianza con empresas del sector público y privado, se basa en el aprendizaje colaborativo y en la ampliación del capital social. La entrada es libre, sin restricciones, y cada club funciona como un espacio de encuentro y aprendizaje compartido, donde se intercambian técnicas, se desarrollan nuevos diseños y se impulsa el crecimiento personal y colectivo. Las tres líneas de trabajo son: el ser, tejer y emprender.

Hilos que transforman: 930 mujeres tejen comunidad, ingresos y esperanza

Fruto de este esfuerzo, los Clubes de Tejedoras presentan ahora en Muebles Jamar una colección de pie de sobrecamas tejidos en crochet y elaborados completamente a mano. La muestra, instalada en la tienda de la calle 77, ha sido muy admirada. Cada pieza puede adquirirse por encargo, garantizando que la ganancia llegue directamente a las artesanas.


Cada sobrecama refleja horas de dedicación, puntada tras puntada, en un proceso que combina técnicas heredadas y diseños contemporáneos. El trabajo colectivo es un sello distintivo, desafiando la idea de que el crochet no se teje en equipo.

Para Merce Botero, coordinadora del proyecto, esta alianza “es una oportunidad para que el talento de nuestras tejedoras llegue a nuevos mercados. Detrás de cada pieza hay una historia de esfuerzo, desarrollo comunitario y amor por el crochet”.

La estética de las piezas combina tradición y modernidad, mostrando la diversidad de estilos entre los 16 clubes. Según Mery Pérez, líder de tejido, “tejer es una forma de vida. Aquí encontramos apoyo, aprendemos unas de otras y creamos juntas. Ver nuestras piezas en Muebles Jamar nos motiva a seguir creciendo”.

La iniciativa también busca inspirar a otros a unirse o crear sus propios proyectos de tejido, generando un ciclo de aprendizaje, producción y comercialización.

Gloria Torres, vicepresidenta de Muebles Jamar, señaló que esta alianza es una manera de abrir puertas a la economía popular y apoyar el desarrollo sostenible de la región, bajo principios de comercio justo y consumo responsable.

Con este proyecto, los Clubes de Tejedoras y Muebles Jamar dan un paso decisivo hacia la valoración del oficio artesanal en red, como motor de desarrollo económico y social. En cada puntada, se construye también una red de oportunidades, identidad y esperanza.

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