En el tranquilo municipio de Altos del Rosario, ubicado en el sur de Bolívar, un patrullero de la Policía Nacional de Colombia vivió una experiencia que marcaría su vida para siempre. Durante un turno nocturno rutinario, el subintendente Jhon Ramírez se enfrentó a una de las leyendas más temidas del folclor latinoamericano: La Llorona.
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Desde hace años, los pescadores del río Magdalena han reportado avistamientos de una figura femenina vestida de blanco que aparece entre las brumas nocturnas, lanzando lamentos desgarradores. Aunque muchos consideraban estos relatos como simples supersticiones, Ramírez pronto comprobaría que la leyenda podría tener algo de verdad.
En Altos del Rosario, sur de Bolívar, subintendente aseguró haber tenido un aterrador encuentro con La Llorona
En una noche especialmente oscura, cuando la negrura parecía absorber la luz de la patrulla, un lamento sobrenatural rompió el silencio. Al seguir el sonido, el patrullero afirmó al diario El Universal que divisó a una mujer vestida de blanco en una calle destapada. Su rostro estaba oculto por un cabello negro y enmarañado. Era La Llorona, quien entre sollozos le suplicaba ayuda para encontrar a sus hijos perdidos.
Conmovido pero también paralizado por el miedo, Ramírez dijo que intentó acercarse con cautela. Sin embargo, la figura espectral, llena de desesperación, lo acusó de haberle arrebatado a sus hijos y se lanzó sobre él con una fuerza aterradora. En medio del forcejeo, el patrullero recibió profundas heridas en el rostro, pero logró liberarse y correr hacia su vehículo.
Tembloroso y con el rostro ensangrentado, huyó del lugar, dejando atrás el eco del lamento de La Llorona. Al amanecer, Ramírez reportó lo ocurrido a sus superiores, quienes, aunque incrédulos, no pudieron ignorar las marcas físicas y el estado de conmoción del uniformado.
La historia no tardó en propagarse por el pueblo, y Ramírez se convirtió en una especie de leyenda local: el policía que sobrevivió al encuentro con La Llorona. Su relato avivó los temores y las creencias en lo sobrenatural, fortaleciendo una tradición oral que mezcla lo real con lo mítico.
Hoy, la leyenda de La Llorona sigue viva en Altos del Rosario, como un recordatorio de los misterios que aún habitan en la oscuridad de la noche y del poder que tienen las historias para sembrar temor en el corazón de una comunidad.

