La obra ‘Águila cienaguera’ del maestro Alejandro Obregón fue develada este miércoles 7 de mayo en el Edificio Julio Mario Santo Domingo de la Universidad del Norte, donde ahora reposará de forma permanente. Este mural, pintado por Obregón en 1963, fue rescatado de una de las antiguas oficinas de Julio Mario Santo Domingo en la sede de la cervecería Bavaria en Barranquilla, donde permanecía oculto del público y solo era visible para empleados de la compañía.
Para leer: No avanzan las obras del Teatro Amira de la Rosa en Barranquilla
El proceso de recuperación y traslado de la obra tomó cerca de dos meses, según explicó a PUBLIMETRO el experto Jairo Mora, encargado de liderar la compleja tarea. Inicialmente, el mural fue extraído cuidadosamente del muro original, pintado sobre pañete, y posteriormente encapsulado en un molde de icopor para evitar daños durante su transporte.
La pieza, de más de dos metros de altura, fue llevada al noveno piso del edificio donde se ubica el restaurante Bocas de Ceniza, nuevo espacio de exhibición abierto al público. El traslado final requirió más de seis horas y la participación de quince hombres, quienes garantizaron su llegada segura.
Alejandro Obregón: mural ‘Águila cienaguera’ trasladado a la Universidad del Norte
La obra, pintada en un muro empañotado por el propio Obregón fue revestida en un molde de icopor para que en su traslado no sufriera ningún tipo de daño.
Para su traslado final, la pieza tuvo que ser dirigida hasta el noveno piso del edificio en un proceso que tardó más de seis horas y quince hombres que se encargaron de su transporte final.
Mora destacó que, tras analizar las capas de pintura, pudo confirmar que Obregón tardó aproximadamente tres días en realizar esta impactante imagen de un águila con mirada altiva, que ahora forma parte del acervo artístico de la Universidad del Norte.
Según Sergio Rincón, presidente de Bavaria, esta obra fue un encargo directo al artista, quien también participó en otros proyectos culturales de la compañía.
Con esta incorporación, el mural se convierte en el cierre de la Ruta Obregón en Barranquilla, un recorrido cultural que invita a redescubrir el legado del artista colombo-español en distintos espacios de la ciudad.