En la mañana de este miércoles, más de 100 taxistas en Barranquilla salieron a las calles con sus vehículos en un plan tortuga para protestar por lo que consideran medidas injustas que afectan directamente su labor. La manifestación se concentra en la avenida Murillo, una de las vías principales de la ciudad, y se desarrolla en sentido sur-norte, generando un bloqueo vial total y un severo caos en la movilidad del sector.
Los conductores del servicio de transporte público individual expresaron su rechazo ante un presunto cobro adicional que se les pretende imponer por la implementación del taxímetro, una medida que, según ellos, impactaría sus ingresos de forma negativa. Aseguran que no se oponen a la tecnología, pero consideran que el porcentaje que se quiere descontar por cada carrera realizada con el nuevo sistema es injusto y debe ser revisado.
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Además del tema del taxímetro, los taxistas en Barranquilla exigen a las autoridades locales un mayor control sobre las aplicaciones de transporte individual, como Uber, InDriver y otras plataformas similares, que continúan operando sin regulación clara. Los manifestantes sostienen que estas plataformas representan una competencia desleal, ya que no están sometidas a los mismos requisitos legales, técnicos y financieros que los taxistas tradicionales.
Taxistas protestan en Barranquilla
La protesta ha generado una afectación directa al sistema de Transporte Masivo Transmetro, que suspendió temporalmente su operación debido al bloqueo en la avenida Murillo. Esta suspensión ha dejado a miles de usuarios sin alternativas de transporte, profundizando el malestar ciudadano.
Los taxistas han adoptado una modalidad de protesta móvil, avanzando por tramos de la vía cada cierto tiempo, lo que mantiene una congestión constante y el cierre parcial de otros cruces viales en la zona. Hasta el momento, no se reportan enfrentamientos con la fuerza pública, pero sí hay presencia de las autoridades tratando de mediar para evitar una escalada del conflicto.
Se espera que en las próximas horas se instale una mesa de diálogo entre los representantes del gremio de taxistas y las autoridades municipales para tratar de llegar a un acuerdo que permita levantar el bloqueo y restablecer la normalidad en la movilidad de Barranquilla.
La medida del taxímetro comenzaría a regir en Barranquilla en 2025
La ciudad de Barranquilla avanza en la implementación del sistema de taxímetro, una iniciativa que busca modernizar el servicio de transporte público individual y garantizar mayor transparencia en el cobro de las tarifas a los usuarios. Según informó Libardo García, director del Área Metropolitana de Barranquilla, el proyecto se pondrá en marcha durante el año 2025, marcando un hito en la transformación del transporte en la capital del Atlántico.
“Se suscribió un convenio con Puerta de Oro en diciembre del año pasado para apoyar la implementación del sistema inteligente de taxis. Los primeros pasos hacia este proceso se están dando en el primer trimestre de 2025, pero a más tardar antes de que finalice el año tendremos todo listo para su implementación”, indicó el funcionario.
Este sistema de taxímetro inteligente permitirá calcular las tarifas con base en la distancia recorrida y el tiempo de servicio, lo que ofrecerá mayor seguridad tanto para los conductores como para los usuarios, reduciendo las quejas por sobrecostos y promoviendo un servicio más confiable.
García también reconoció que el proyecto ha enfrentado dificultades en el pasado, lo que generó retrasos en su ejecución. “El proceso enfrentó varios retrasos debido a problemas en las licitaciones y al impacto de la variación en la tasa de cambio, pero esta vez se espera que el proyecto sea exitoso”, afirmó.
Con esta medida, el Área Metropolitana de Barranquilla busca reforzar el control sobre el servicio de taxis y preparar al sector para competir en condiciones más equilibradas con las plataformas digitales de transporte, que han ganado terreno en los últimos años.
La ciudadanía espera que la implementación del taxímetro en Barranquilla se traduzca en mejoras tangibles en la calidad del servicio, y que los procesos contractuales se lleven a cabo con total transparencia para evitar nuevos retrasos.