Cuando Playstation 5 se lanzó, su joystick también fue protagonista, ya que se trataba de uno de los gamepads más avanzados jamás creados: DualSense. El DualSense tiene características de generaciones de controladores anteriores, como controles de movimiento, un panel táctil y un altavoz incorporado, pero agrega una retroalimentación háptica increíblemente precisa y disparadores adaptativos que cambian drásticamente su resistencia en función de sus acciones en el juego. A través de un videojuego incluido en la consola (Astro’s Playroom), Playstation te invitaba a probar todo su poder.
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Ahora la marca de Sony va más allá: con el DualSense Edge. A las ya increíbles características de DualSense, se agregan entradas programables, opciones de sensibilidad analógica, botones traseros, numerosos accesorios y un diseño modular. Lo revisamos de hecho con varios juegos distintos y el resultado es increíble: vamos por parte.
Astro’s Playroom de nuevo para probar el poder del control
Como te señalábamos al inicio, cuando se lanzó Playstation 5 este videojuego nos permitía probar todas las capacidades del control. Pues bien, hicimos lo mismo pero con el DualSense Edge. ¿Conclusiones? A primera vista el control se ve y se siente como un controlador DualSense blanco estándar, pero con esteroides. El esquema de color de dos tonos le da al controlador un aspecto mucho más equilibrado.
Justo debajo de los sticks analógicos están los primeros grandes indicios de que se trata de un gamepad diferente: dos botones con forma de pestaña. Estos son los botones Fn, y mantenerlos te permite cambiar entre perfiles de controlador diferentes sobre la marcha: esto te lleva a una experiencia de juego más personalizada.
Al jugar Astro’s Playroom el “agarre” del control se siente cómodo. El uso de los botones traseros (de los que ya te hablaremos) te permite “ordenar” las funciones a tu manera, y en general la experiencia fue bastante positiva.
Botones programables
Vamos a profundizar en lo diverso que puede ser este control. Al voltear el controlador encontrarás pequeños orificios entre las empuñaduras que te permiten insertar uno de los dos tipos de paletas que actúan como botones programables. El DualSense Edge tiene muchos accesorios y piezas intercambiables. Viene con dos pares de palancas (una plana y con forma de paleta y otra más corta con forma de medio círculo) que le permiten agregar botones traseros.
Esto de tener “botones extra” es algo común en los controles premium, pero tener un control con esta capacidad propio de Playstation es una joya. La experiencia de juego mejora, y esto se pudo apreciar mejor en juegos como Fortnite, donde la velocidad de reacción entre tú y tu control para disparar son vitales.
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Pero las palancas también te permitirán rendir mejor, si acomodas el control a tu mano. Para esto, el DualSense Edge también cuenta con dos pares de palancas analógicas con la parte superior cóncava (dos largas, dos cortas) que se pueden intercambiar con las palancas cóncavas con labios estándar del gamepad.
¿Qué más trae?
En el paquete se incluye un cable USB-C-a-USB-A largo envuelto en tela para cargar y usar el controlador con cable, además de un candado con clip que se conecta a la parte superior del gamepad para mantener el extremo USB-C. en su lugar. Todas estas piezas caben en su estuche rígido blanco: que tiene un aspecto MUY PS5.
Dato extra: el bolsito se abre para que puedas cargar tu control sin la necesidad de sacarlo del interior. Esto gracias a una apertura trasera que trae.
Más modificaciones
Uno de los aspectos más interesantes de DualSense Edge son los módulos de stick analógico. Puedes cambiar las tapas de los sticks sacándolas y reemplazándolas por otras, pero ahí no se detiene la modularidad. El pequeño interruptor de liberación en la parte posterior del controlador (¿Recuerdas que lo mencionamos?) te permite quitar el panel central alrededor de las palancas analógicas; eso revela los módulos de palanca y dos palancas de liberación de metal.
Si un dispositivo analógico se desvía o comienza a funcionar mal, puedes reemplazarlo por uno nuevo. Medios internacionales señalan que se pueden solicitar en Sony por un precio módico, así que genial. Es una forma útil de combatir la deriva del stick sin comprar un nuevo control.
Ojo con la batería
La mayor debilidad del DualSense Edge es la duración de la batería. Jugando full con él nos dio entre cinco o seis horas de reproducción inalámbrica antes de que apareciera el icono de batería baja y tuvieramos que conectarlo a la PS5. Pero bonus: el cable que trae es largo y resistente, y podemos jugar con el control conectado.
Ahora, 5 a 6 horas igual es bastante: pero el DualSense “normal” nos da entre 7 y 8.
Conclusiones
El control es una joya. Poder programar botones es bastante útil, más aún en juegos de shooter. Que sea un control propio de PlayStation nos encanta y se nota en los detalles y terminaciones. Ojalá sigan ampliando las opciones en accesorios para este control.
Si bien lo de la batería ha sido bastante criticado por algunos medios, no consideramos que sea algo “grave”, porque siendo bien sinceros es difícil que uno juegue más de 5 horas diarias, así que nos alcanza bien para una jornada y dejar cargando el control después. La sensación y la respuesta del control es tan buena, que ese es el punto más destacable: la mejora a la experiencia de juego.
Respecto al precio, si bien es elevado (alrededor de 250 mil CLP en el mercado chileno, algo así como 270 dólares americanos), estamos ante un control pro hecho por PlayStation y quienes aprecian los accesorios y piezas “oficiales” apreciarán sin duda esta joya.
