Llegó oficialmente Navidad, una de las épocas más esperadas por los amantes de las reuniones familiares, las fiestas y los regalos. Pero, sin duda, esto a su vez representa una gran responsabilidad cuando se habla de consumismo, pues año tras año se conocen impactantes imágenes de las aglomeraciones multitudinarias en centros comerciales durante celebraciones como Black Friday, Día sin Iva y Singles Day.
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Precisamente, atendiendo al desenfreno de las compras navideñas, organizaciones como Greenpeace se han puesto en la tarea de promover planes de acción para mitigar un poco el cambio climático y la producción de desechos.
Para hacerse una idea, actualmente vivimos en un planeta con recursos limitados. Sin embargo, el sistema económico funciona a un nivel en el que serían necesarios 1,8 planetas como la Tierra para satisfacer nuestro ritmo de consumo.
En diálogo con Publimetro, Tatiana Céspedes, Coordinadora de Campañas para Greenpeace Colombia, afirmó que: “en estas épocas el 70% de las emisiones que generan el cambio climático provienen de la producción y de la comercialización de productos; y el 30% restante corresponde al transporte y empaque de productos a través de canales digitales”.
En esa misma línea, uno de los sectores que mayor huella de carbono genera, desde su creación hasta la distribución, es el tecnológico. No es un secreto que muchos de los dispositivos que se tienen en el hogar están programados para ser obsoletos en corto tiempo y terminan en “cementerios” enteros de basura.
Según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, cada año resultan en desechos de todo el mundo cerca de 50 millones de toneladas de aparatos electrónicos.
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Otro de los sectores que también contribuye a un impacto directo en el cambio climático es el textil. Bajo el concepto de fast fashion o moda rápida, se lanzan 56 colecciones anuales y los enormes volúmenes de ropa que se produce a base de fibras sintética procedentes del petróleo -como el acrílico, nylon o el poliéster-, causan daños irreversibles en los ecosistemas.
Como si fuera poco, se estima que el 73% de la ropa producida cada año termina incinerada o sepultada en basureros, lo que contribuye a la contaminación terrestre y atmosférica.
Pero, entonces ¿cómo cambiar hábitos de consumo?
Para Céspedes cuidar el medio ambiente es una tarea de todos. “Debemos ser conscientes de que cada compra pone en marcha un proceso, y hay que elegir cuidadosamente cuánto y qué comprar. Preguntarnos si realmente necesitamos un producto nuevo, antes de comprarlo, es una buena práctica para reducir el sobreconsumo, y así evitar gastar recursos del planeta y liberar emisiones al fabricar, transportar, empaquetar o utilizar dichos productos”.
Entre los consejos que comparten los expertos, también se recomienda que a la hora de comprar una prenda se deje de lado visualizarlo para una sola ocasión, porque de entrada ya supone no tener un pensamiento sostenible, ya que con el paso de los días esa prenda no será útil para otros eventos.
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Otro de los puntos a tener en cuenta es que, hay todo un mercado abriéndose paso cuando se habla de tiendas de segunda o marcas que trabajan con producción reducida o en proyectos sostenibles como con excombatientes, madres cabeza de hogar, etc, por nombrar algunos. Además de reducir el impacto con la compra, también ayuda a poblaciones vulnerables.
Finalmente, el llamado es a que durante este 2022 la Navidad no se vea empañada por las compras desenfrenadas y las gigantescas deudas en el 2023. Tenga presente que, aunque suene a cliché, “con pequeñas acciones, se logran grandes cambios”.