El presidente Gustavo Petro volvió a protagonizar un fuerte cruce público, esta vez con Olmedo López, exdirector de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), quien lo señaló de poner “precio a su cabeza” tras ser mencionado en una alocución presidencial.
La tensión se incrementó después de que López presentara una carta ante la Corte Suprema de Justicia en la que rechazó tajantemente los calificativos que ha recibido por parte del jefe de Estado. En su misiva, el exfuncionario aseguró que las declaraciones presidenciales lo ponen en riesgo.
“En un hecho sin antecedentes en la historia reciente del país, mi nombre fue mencionado en una alocución presidencial realizada desde la Casa de Nariño, en la cual se me tildó públicamente de ‘traidor de la izquierda’, lo cual, además de constituir una grave estigmatización pública, equivale a poner precio a mi cabeza”, afirmó López.
Petro responde con contundencia
Lejos de matizar sus señalamientos, el presidente Gustavo Petro utilizó su cuenta oficial en X para reafirmar su postura frente a López, a quien tildó directamente de corrupto.
“Toda persona que robe dinero público y haya dicho que defendía los principios de la libertad, la igualdad y la fraternidad, que son los principios de la izquierda, los ha traicionado. El señor Olmedo es un ladrón de recursos públicos confeso”, publicó el mandatario.
El conflicto entre ambos ocurre mientras avanza la situación jurídica de López, quien se acogió a un principio de oportunidad con la Fiscalía. Su eventual papel como testigo clave podría impactar a figuras de alto nivel dentro del actual Gobierno, incluyendo a exministros como Ricardo Bonilla y Luis Fernando Velasco, además de congresistas que integraron la Comisión de Crédito Público en 2022.
En su carta, López también dejó claro que no declarará hasta que el preacuerdo judicial sea plenamente aprobado. Además, añadió un mensaje preventivo sobre su estado físico y emocional:
“Es importante dejar constancia ante esta honorable Corte que, a la fecha, me encuentro en buen estado de salud, no padezco enfermedades huérfanas o terminales, y en ningún momento ha pasado por mi mente la idea de atentar contra mi propia vida. Por el contrario, en este tiempo he tenido la oportunidad de fortalecer mi fe y mi relación con Dios”.
Finalmente, reiteró su derecho constitucional a no autoincriminarse y anunció su decisión de abstenerse de rendir declaraciones sobre el proceso que lo involucra.
La controversia refleja la creciente división entre antiguos aliados políticos del presidente, todos ellos con pasado común en el movimiento M-19, y deja en evidencia la compleja trama de responsabilidades que hoy sacude al Gobierno nacional.