Una tragedia estremeció a Brasil el pasado 20 de mayo, cuando Dayane de Jesús Barbosa, una joven estudiante de Relaciones Internacionales, falleció repentinamente mientras entrenaba en un gimnasio de Copacabana, en Río de Janeiro. El fatal momento quedó registrado por las cámaras de seguridad del establecimiento y ha generado un intenso debate sobre la seguridad en los centros deportivos.
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En el video, que ya circula por redes sociales, se observa cómo Dayane, de tan solo 22 años, interrumpe su rutina de ejercicios, se sienta por un instante, revisa su celular y luego se desploma sin razón aparente. Los asistentes al lugar intentaron auxiliarla, pero la joven ya no presentaba signos vitales.
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La Policía Civil de Río de Janeiro (PCERJ) confirmó que el gimnasio no contaba con un desfibrilador externo automático (DEA), un equipo obligatorio en este tipo de instalaciones según la legislación local. La ausencia de este dispositivo fue clave: pudo haber marcado la diferencia entre la vida y la muerte, pero quienes estaban en el sitio no tuvieron medios para intentar reanimarla.
“El lugar fue clausurado temporalmente mientras avanza la investigación y se determina si hubo negligencia por parte de la administración”, indicaron las autoridades.
Dayane era reconocida por su dedicación académica y compromiso personal. Estudiaba en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), vivía sola y combinaba sus estudios con prácticas profesionales y un pequeño emprendimiento de comida con su madre. Su entrenador y amigo de la infancia, Rafael D’Ávila, reveló en entrevista con O Globo que Dayane era disciplinada, saludable y estaba por graduarse en los próximos meses.
El Instituto de Relaciones Internacionales de la UFRJ expresó su pesar con un emotivo comunicado: “Compartimos el dolor de esta pérdida con su familia y amigos, y estamos disponibles para brindar cualquier apoyo que sea necesario”.
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Dayane habría cumplido 23 años el próximo 13 de junio. Su muerte no solo ha dejado un vacío en su familia y comunidad universitaria, sino que también ha encendido las alarmas sobre los protocolos de emergencia en gimnasios de Brasil.
Las investigaciones continúan, mientras la familia clama por justicia y medidas que eviten que otra vida joven se apague por falta de preparación ante emergencias básicas.