En un acto de respeto y homenaje al legado espiritual y social del papa Francisco, la canciller de Colombia, Laura Sarabia, y la primera dama, Verónica Alcocer, participaron este sábado en las exequias del pontífice en la Plaza de San Pedro, en representación oficial del Gobierno Nacional.
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La delegación colombiana estuvo acompañada por el embajador ante la Santa Sede, Alberto Ospina Carreño. La asistencia de las máximas representantes diplomáticas y protocolarias del país subraya la importancia que tuvo el sumo pontífice para la nación y para la comunidad internacional.
Durante la homilía, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, se recordó la postura incansable del papa Francisco frente a las múltiples crisis y guerras que han marcado la última década.
“Construir puentes y no muros”, recordó el cardenal, como uno de los mensajes más poderosos del pontífice. Y añadió: “Con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones, incesantemente imploró la paz e invitó a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles, porque la guerra no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas. (...) es para todos una derrota dolorosa y trágica”.
El discurso también resaltó la insistencia del papa en la misericordia divina y su dedicación a las poblaciones más vulnerables: “Dios no se cansa de perdonarnos: Él perdona siempre, cualquiera sea la situación de quien pide perdón y vuelve al buen camino”, dijo Re.
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Banderas a media asta en el Palacio de San Carlos
En señal de duelo y respeto, la Cancillería de Colombia dispuso izar las banderas a media asta en el Palacio de San Carlos, así como en todas las embajadas y consulados del país en el mundo.
Este gesto simbólico refleja el aprecio institucional por la labor de un líder espiritual que, durante más de una década, promovió la justicia social, la reconciliación y la dignidad humana a nivel global. Al concluir la ceremonia, el féretro del pontífice fue trasladado a su lugar de descanso final: la Basílica de Santa María la Mayor, elegida por él mismo.