Entre las consecuencias que ha traído el aumento de las temperaturas en el planeta se encuentra el riesgo que corren decenas de ecosistemas naturales de desaparecer. Entre los más afectados en el territorio nacional, La Sierra Nevada de Santa Marta se destaca por haber perdido el 84 % de su área glacial, que a mediados del siglo XX alcanzaba los 82 km² y que en el 2022 se redujo a 5,3 km², de acuerdo con el IDEAM.
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Los ecosistemas en peligro de extinción en Colombia
De los 91 ecosistemas que convergen en el territorio nacional, entre los que se encuentran sistemas acuáticos, costeros, marinos, terrestres e insulares, al menos el 46 % de ellos se encuentran en riesgo de extinción por culpa del calentamiento global y otros factores externos. En el siguiente listado les presentaremos los 5 ecosistemas que corren el riesgo de desaparecer en los próximos años.
Sierra Nevada de Santa Marta
Entre las playas del Parque Tayrona y el Pico Colón, que se eleva a 5,775 metros sobre el nivel del mar, se encuentra la formación de montañas nevadas más singulares y sorprendentes del país: la Sierra Nevada de Santa Marta, también conocida como Sanjá por los pueblos indígenas que la habitan. Ha sido víctima del cambio climático. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, estas montañas han experimentado una drástica reducción en su territorio glacial, que durante el siglo XX y XXI registró un área de 82 km², y en el último estudio realizado su diámetro apenas alcanzaba los 5,3 km².
Un estudio realizado por WWF predice que en los próximos 15 años, seis de las cumbres de la Sierra Nevada dejarán de estar cubiertas de blanco. Esto representa una clara alerta sobre la extinción de la nieve en Colombia.
Caño Cristales
Este ecosistema, a pesar de ser una maravilla de la naturaleza, por sus representativos colores amarillos, azules, verdes, rojos y negros, provenientes de la planta endémica Macarenia Clavigera, que al contacto con los rayos del sol ‘pinta’ de colores el agua. Ha sido afectado en los últimos años por el cambio climático. Entre los sucesos más recientes que han alertado sobre su estado de riesgo, se encuentra la sequía sufrida por la zona en 2015, que obligó al gobierno a clausurar todo el Parque Nacional Serranía la Macarena.
Páramo de Sumapaz
Colombia se destaca por contar con el paramó más grande del mundo. Con 333.420 hectáreas y con una distribución en 25 municipios de Cundinamarca, Meta y Huila, el Páramo de Sumapaz es el ecosistema de agua dulce más grande del mundo, siendo también el encargado de suministrar de agua a gran parte del territorio central del país. Razón de por qué es un ecosistema sumamente frágil a factores como el aumento de la temperatura que ha llevado a que su área se reduzca. Según el IDEAM, de aquí a 2030, 56 % de los páramos podrían desaparecer.
Además, el cambio climático ha tenido un impacto significativo sobre las lluvias que nutren sus depósitos de agua. Este factor, combinado con el avance de la agricultura, amenaza el futuro de Sumapaz.
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Manglares de Sanquianga
Bañados por las aguas del océano Pacífico, en el departamento de Nariño, el bosque de manglares de Sanquianga es uno de los más grandes y saludables del mundo. Es un Parque Nacional Natural, tiene más de 80.000 hectáreas y el 20% de los manglares de Colombia. WWF lleva a cabo importantes labores de conservación, pues aloja sesenta clases de peces, treinta tipos de moluscos, una veintena de especies de aves y doce tipos de reptiles.
Estos ecosistemas costeros tienen la capacidad de almacenar más carbono que muchos bosques tropicales y protegen las costas de los tsunamis, del alza del nivel del mar, pero están siendo destruidos rápidamente. En los últimos 50 años, los manglares del mundo se han reducido a la mitad.
Los Corales de Gorgona
Esta isla tiene las formaciones coralinas más grandes del Pacífico colombiano y se cuenta entre las más desarrolladas y diversas del Pacífico Oriental Tropical, destacándose por su buen estado de conservación.
Pero, como lo han puesto en evidencia los estudios de organizaciones como WWF, los corales son muy sensibles a los cambios de las temperaturas marinas y por esto están muriendo. El aumento de gas carbónico en la atmósfera también acidifica los océanos y eso fragiliza los corales. Los corales, por el efecto de mareas muy fuertes, quedan a descubierto por periodos cada vez más largos.