Colombia históricamente ha sido escenario de diversas situaciones de emergencia debido a los escenarios de conflicto armado, migraciones y desastres naturales que constantemente se presentan en el territorio nacional. Estas alteraciones pueden causar pérdidas e interrupciones en el acceso a alimentos, agua y otras necesidades vitales, o acceso a educación. Adicionalmente, estos escenarios empeoran la situación de pobreza de las poblaciones más vulnerables y pueden exponer a las familias a situaciones violentas. Estos escenarios pueden llevar a que las familias requieran mayor asistencia para proteger sus vidas y satisfacer sus necesidades básicas.
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¿Qué tan frecuentes son las emergencias?
Algunas situaciones recientes que prenden alarmas frente a la situación humanitaria son:
- En 2021 se documentaron 23.982 violaciones graves de derechos de niñas, niños y adolescentes en conflictos armados a nivel mundial (violencia sexual, reclutamiento forzado, mutilaciones, etc).
- En 2022 se registraron 33 conflictos armados mundialmente, que en conjunto con situaciones climáticas hostiles, ha llevado a la mayor crisis alimentaria de la historia moderna.
- En Colombia durante los primeros 5 meses de 2023 se registraron 43 desplazamientos, afectando 6.081 familias.
- En la región de las Américas en el primer semestre del 2023 se documentaron 7 desastres naturales que generaron daños físicos, materiales, de infraestructura y pérdida de vidas para miles de familias.
¿Por qué niñas, niños y adolescentes deben ser prioridad en estas situaciones?
El desarrollo es un proceso continuo que comienza durante la gestación. Los primeros años de vida son el periodo más crítico en el desarrollo del ser humano, por lo que las experiencias en esta etapa tienen un gran impacto sobre las bases para el aprendizaje, el comportamiento y la salud a largo plazo por lo que así mismo tiene un gran impacto en el desarrollo integral durante la infancia y la adolescencia.
Los altos niveles de angustia y estrés que se generan en escenarios de emergencia tienen repercusiones en las habilidades físicas, emocionales y cognitivas de niñas, niños y adolescentes. Es por esto que, la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas establece que niñas y niños deben ser prioridad en las situaciones de emergencia.
¿Qué se puede esperar de niñas, niños y adolescentes en situaciones de emergencia?
Bajo estas circunstancias, es normal que niñas y niños estén más irritables, lloren más de lo habitual, busquen contacto físico constantemente y tengan dificultades para dormir. También es posible que vuelvan a comportamientos que ya no tenían, cómo perder el control de esfínteres. En el caso de adolescentes, es normal notarlos más irritables o retraídos y con miedo de salir de casa.
¿Cómo podemos proteger a niñas, niños y adolescentes en situaciones de emergencia?
El cuidado de niñas, niños y adolescentes es una responsabilidad compartida por la familia, el Estado y la sociedad. Es importante tomar medidas antes, durante y después.
Antes de la emergencia
- Hablarles sobre la posible emergencia y cómo comportarse si sucede
- Crear y discutir planes de seguridad antes de que suceda una emergencia
- Identificar puntos de encuentro fuera de la casa donde reunirse si se separan
- Si es posible, es recomendable construir un kit de emergencia, que contenga objetos de primera necesidad como documentos, elementos de primeros auxilios, agua, alimentos no perecederos y objetos que brinden sensación de seguridad a niñas y niños como uno de sus juguetes
Durante la emergencia
- Restablecer sus condiciones básicas de seguridad y bienestar, es decir: acceso a servicios de salud y educación, alimento, agua, etc
- Mantener toda la calma posible, para poder brindar apoyo y seguridad a niñas, niños y adolescentes
- Explicarles lo que está pasando de manera simple, acorde a su edad y capacidad de comprensión, procurando mantenerlos informados
- En caso de bebés lactantes es importante continuar con la lactancia
- Abrir canales de comunicación, escuchar lo que tengan para decir o permitirles mantenerse en silencio
- Si es posible, mantener una rutina y abrir espacios para que niñas y niños jueguen
- Brindarles contacto físico cariñoso si ellos quieren
- Procurar que lleven identificaciones con nombres y contactos de su madre, padre o cuidador
- Fortalecer la salud mental de los cuidadores es fundamental para cuidar sus hijas e hijos.
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Después de la emergencia
- Hablar sobre lo que pasó, permitirles expresarse y responder las preguntas que puedan tener
- Participar en actividades de apoyo a otros afectados puede dar percepción de control
- Promover la expresión emocional y validar sus emociones
- Facilitar espacios para que compartan con pares y jueguen
- Reafirmarles que ellos no tienen ninguna culpa ni influyeron en que sucediera la emergencia o pérdidas relacionadas
- Asegurar que madres, padres y cuidadores tengan espacios para expresar sus emociones y fortalecer su salud mental
