Darla Experiment es el nombre que John Byron utilizó para crear un personaje con características únicas que lo ha ayudado a superar miedos, retos y a lograr cosas en su vida dentro y fuera de Colombia que nunca creyó poisbles.
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Desde pequeño Jhon Byron creció con la vena artística que lo animaba a ver programas o series de Drag Queens y a aprender de un nuevo mundo del cual ahora hace parte.
A pesar de que siempre le ha gustado admirar el arte y el mundo de las personas Drag Queens, John Byron nunca pensó que podría llegar a ser una y además a tener tanto éxito, “era chévere pero no me veía vistiéndome de mujer”.
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El experimento de darlo todo
John Byron estudió escuela de teatro en el Instituto de Cultura Popular en la ciudad de Cali y en uno de sus trabajos finales hizo el experimento de salir de lo común e irrumpir lugares con su identidad queer (una persona que no ocupa los estándares comunes de hombres o mujeres). “Yo iba a iglesias, a bibliotecas, en la calle, con indicios de mi identidad queer. Me gustaba que la gente se preguntara por qué un hombre tiene tacones, tiene falda o tiene maquillaje”.
Para ese entonces, en el 2019, comenzó a visibilizarse en la Sucursal del Cielo el Drag Queen, las personas salian más a las calles rompiendo los estereotipos y dejando toda clase de interrogantes en su andar.
Ahí fue naciendo el personaje que es hoy Darla Experiment: una bailarina afrocolombiana que “nunca puede estar mal arreglada” y la reina del Pride Cali 2023.
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“Yo siempre había trabajado, había deconstruido mi figura masculina para poder hacer una femenina, pero nunca me había visto full Drag, vestido de mujer, con todos los componentes que tiene una Drag Queen”.
¿De dónde salió el nombre Darla Experiment?
El joven que está a punto de cumplir sus treinta años se enteró de un concurso que hizo un colectivo de la comunidad LGTBIQ+ en Cali y quiso participar.
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“Yo tuve una pareja con la que dure cinco años y él siempre me dijo que si yo quería participar en algo la podía dar toda y me decía “vos te llamarías Darla” y en ese entonces yo terminé con mi pareja y llegó este concurso”.
Una tusa fue lo que llevó a John a convertirse en Darla por primera vez. Sí, un corazón roto y miles de enseñanzas llevaron a John Byron a montarse en unos tacones, ponerse un vestido y maquillarse el rostro para participar en un concurso.
Desde ese momento nació Darla Experiment, un personaje que hace parte de la vida de John Byron pero que solamente aparece en ocasiones específicas.
“Mis padres ven a Darla como un personaje más de mi carrera y yo también la veo así”.
A medida que ha pasado el tiempo y a pesar de que es solamente un “personaje”, la comunidad a su alrededor no puede esperar a que aparezca y ya, pues ha tomado a Darla Experiment como una referencia y punto de inspiración.
El sello de una súperestrella pop afro
En la fantasía del personaje, Darla es una estrella “que la da toda” interpretando canciones y vistiéndose con prendas y pelucas que llaman la atención, pero más allá, sigue llevando rasgos de John Byron, pues es una artista que conserva rasgos afrodescendientes. “Yo trato de conservar una naturalidad, yo no me pongo cuerpo, no me pongo relleno, mi maquillaje todo es muy fino, las terminaciones son de mucha punta”.
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Pelucas, vestimenta, maquillaje, color de ojos y su desempeño en el escenario es lo que han dejado marcado un precedente de quién es Darla Experiment.
Otra de las características que definen a Darla es que es una dancing queen, el escenario lo vuelve su pista de baile, eso debido a que John Byron creció siendo un bailarín, primero bailó ballet, luego pasó por diferentes géneros y terminó en el teatro.
¿Qué es ser Drag Queen para John Byron?
Hacer parte de un personaje que ha estado presente en momentos importantes de la vida de las personas, que acogen como amigos y familia es uno de los pilares más importantes para John. “Es un escape, una forma de vida y una vía para encontrar tu identidad de género”.
Las casas de las Drag Queens
Las casas que acogen a personas de la comunidad LGTBIQ+ son lugares que hacen sentir a las personas en un lugar seguro, principalmente porque se comparten formas de pensar, experiencias de vida, de sentir y no se juzga.
Las casas Drag son lugares donde se reúnen personas que desean aprender sobre el arte, entrar en el mundo y a veces “escapar de la realidad”.
La familia que le toca a las personas es la biológica, la de sangre, que estuvieron ahí en el nacimiento y en la etapa de crecimiento, pero que muchas veces no comparte la forma de ver la vida.
El mundo Drag tiene una manera muy particular de ver la vida, porque en cuanto van llegando las personas a las casas o fundaciones y se van creando núcleos, se forman los conceptos de una casa familiar. Entonces hay tías, abuelas, hermanas, mamás, primas.
“Uno dice madre, hermana, adquiere hijas y mis hijas le dicen tía a mis hermanas y así se va construyendo la familia”.
Pero los sobrenombres no se adquieren porque sí. Para tener una mamá, debe haber un vínculo, hay una Drag que tiene más experiencia, más conocimiento, que es mayor, y hay otra que recién está empezando, que necesita protección y guía. Ahí es cuando ambas sienten la necesidad de la otra y se crean los lazos.
“Para mi es mucha responsabilidad tener hijas drags, porque las tienes que formas y apoyar, yo tengo cuatro hijas apenas pero eso nace, pasa como en la vida misma. Entonces una se vuelv elíder del grupo y empieza a trabajar con otras entonces la adoptan y se convierten en madre e hija”.
Lo más interesante y bonito de la familia que se construye en el mundo Drag es que no queda solamente en el personaje, las madres, hermanas, tías y abuelas que se conforman en la comunidad también hacen parte de la vida diaria y de la normalidad de las personas que adquieren los personajes.
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“Vamos al cine, a comprar tela, a tomar algo y todas nos decimos “madre, hermana, tía” y las personas nos quedan mirando y no saben por qué decimos así pero en realidad no nos interesa, estamos viviendo nuestra fantasía”.
El teatro invisible
Ser Drag Queen y “treparse” en el personaje es una elección que las personas realizan, llenarse de arte, maquillarse y tener un sello propio es una satisfacción que tienen las Drag Queens y aunque lo disfrutan, John Byron lo califica como “vivir en un infierno”.
De acuerdo con él, “emerger en la cotidianidad” es el nombre que le da al oficio de las Drag Queens. Es cuando una persona se mete en el personaje y se mezcla en el diario vivir de las personas de esa manera.
“¿A quién le gusta apretarse, estar en tacones horas y horas, ponerse pelucas, jalarse las cejas? A nadie, pero nosotras lo amamos. Llega un momento en el que tu cuerpo le pertenece al personaje y tu cuerpo Drag sabe que está pasando por todas esas incomodidades pero tu cuerpo Drag se siente vivo por eso”.
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Sentir que está saliendo de lo conceptual, rompiendo un molde, creando incomodidad en otras personas y luchando por lo que es y quiere ser son algunas de las razones por las que John Byron pasa por todas las incomodidades.
Además de la familia que ha creado en su comunidad, John Byron busca ser un padre biológico algún día. “Siempre me gustaron los niños y sueño algún día criar un hijo con convicciones que le aporten algo al mundo”.