En el municipio de Dosquebradas, Risaralda, las autoridades informaron que un ladrón murió producto de las heridas que le dejó una turba enardecida cuando intentaron hacer justicia por mano propia.
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Lo más extraño del caso es que, aunque un fiscal ordenó que lo remitieran a centros asistenciales, no recibió atención médica. ¿Por qué?
Se trata de un sujeto de 30 años que en días pasados fue capturado por la Policía por el delito de hurto, cuando usó un arma blanca para robar a una vendedora de arepas y a su hija.
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Sin embargo, antes de la llegada de las autoridades, la misma comunidad lo acorraló y lo golpeó hasta dejarlo indefenso en el piso.
“Al cometer el ilícito este individuo, al parecer, fue agredido por la comunidad. Al llegar al lugar, según lo manifestado por las unidades policiales, la persona ya no estaba siendo agredida y se encontraba tendida en el suelo. De manera inmediata se le trasladó al hospital del municipio, donde fue atendido y dado de alta”, dijo la coronel Alexandra Díaz Gómez, comandante de la Policía de Pereira, según El Tiempo.
Luego lo llevaron a la sede de la Fiscalía para su judicialización, pero a las 2 de la mañana el hombre volvió a quejarse del dolor. Lo llevaron de nuevo a un centro médico y, al ver que se demoraban en revisarlo, él mismo desistió de la atención.
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A la mañana siguiente, en la audiencia, se volvió a sentir mal y ahí el fiscal dio la orden de remitirlo a urgencias. Pero por segunda vez no quiso recibir atención médica.
“El personal médico manifestó que debía ser traslado a su EPS, ya que en horas de la mañana se negó a ser atendido, pero el capturado nuevamente se negó por lo cual fue llevado a la Fiscalía. Horas después fue llevado a otro hospital donde recibió atención pero falleció”, indicó la comandante al medio.