La creatividad del padre Arnaldo Ferreira, párroco de la iglesia San José en Aracataca (Magdalena) no tiene límites y por eso aplicó una ingeniosa idea en el pueblo para atraer a los jóvenes hacia Dios. Cansado de ver las misas con pocos rostros jóvenes, prefirió ir a buscarlos donde sabía que estaban: en una rumba.
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Fu así como empezó su plan de tomarse las discotecas del municipio durante los fines de semana en compañía de la Policía de Infancia y Adolescencia.
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“Cosas como estas no son extrañas en esta ciudad donde, como lo ha expresado ‘Gabo’, todo es posible y puede pasar”, dijo el cura a El Tiempo.
El padre apareció en más de un sitio nocturno y se unió a la fiesta de los adolescentes. Ahí, poco a poco, se fue acercando a ellos y entre reguetón y vallenatos terminó haciéndolos orar.
“No solo los invitamos a escucharnos y a realizar evangelización, sino que también nos mostramos interesados en compartir sus gustos y el ambiente rumbero, dentro de lo que está sanamente contemplado”, manifestó, resaltando que durante toda la noche los jóvenes no consumieron bebidas alcohólicas.
“No pretendemos satanizar las discotecas, pero sí hacerles saber a los jóvenes que los excesos son malos y que es necesario no dejarse llevar por los vicios del mundo”, agregó.
Este sacerdote rápidamente se hizo popular en la región, donde otras comunidades ya están pensando en implementar la misma estrategia.