Jéssica Marcela Calvo Montoya es de Supía, municipio en el departamento de Caldas, y para trabajar por su familia, desde hace cuatro meses se fue a trabajar al vecino país de Ecuador, específicamente en la ciudad de Guayaquil. Pero desde hace varios días no se tiene información sobre su paradero y su desaparición hasta ahora plantea escenas trágicas para ella y su familia.
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Con 27 años, Jéssica Marcela es madre de una niña de 9 años y se fue para darle mejor vida a su familia con un trabajo que logró conseguir en una licorera y con el cual partía sus ingresos para seguir subsistiendo y al mismo tiempo enviar dinero a su casa ubicada en la capital Antioqueña, Medellín.
Desde hace siete días, su familia entró en un panorama angustiante, pues a pesar de que aparecía en línea varias veces por medio de su WhatsApp no volvió a contestar y ahora está completamente desaparecida, pero al parecer la última pista que se tiene sobre ella responde a un posible rapto. Ante la angustia de su familia, reunieron los recursos que pudieron para enviar a su mamá a Ecuador y revisar qué estaba pasando, pero las pistas que encontró prendieron las alarmas.
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Las autoridades ecuatorianas, al parecer, encontraron información que indica que Calvo habría sido abordada en un carro sin su consentimiento justo antes de pedir auxilio a gritos. “Lo que dicen es que vieron que la colombiana salió corriendo y pedía auxilio. La montaron en un carro y ya no se sabe nada más de ella. Nosotros, como pudimos, mandamos a la mamá de ella para Guayaquil para saber qué hacemos porque estamos desesperados”, contó sobre el caso su primo, Yeison Ospina Montoy, citado por Semana.
De igual forma, las autoridades lograron esclarecer que la mujer vivía con su pareja sentimental en una apartamento en la ciudad de Guayaquil y cuando fue abordado tenía en su poder el celular de la mujer. A pesar de tener el teléfono, nunca contestó las llamadas que llegaban desde Colombia y aunque esto levanta sospechas, él declaró que estaría amenazado.
El hombre expone que estaría bajo amenaza y que le advirtieron que no se acercara nuevamente al apartamento en el que vivían, pues correría con consecuencias fatales. El celular, que no había querido entregar, fue pedido por las autoridades con una orden, pero la tarjeta estaba dañada y el teléfono averiado.
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Su testimonio también explica que la tendría en su poder una banda delincuencial de la ciudad de Guayaquil y que estaría presuntamente muerta. “Él se desapareció y dijo que ella estaba muerta, que la tenía una banda de allá de Guayaquil. Pero nadie da respuesta de nada. Estamos desesperados y no sabemos qué hacer. La niña no hace sino preguntar por ella. Queremos ayuda, que nos ayuden. Si va a aparecer muerta o viva, pero que aparezca”, adicionó a su testimonio el familiar.
Ahora, el deseo de ver en Navidad a Jéssica Marcela está esfumado para su familia y las pruebas que han recopilado las autoridades ecuatorianas no han podido ser suficientes para dar con su paradero.