El atroz caso de racismo que fue denunciado en un colegio en Boyacá cuenta con nuevos detalles de lo que padecieron las víctimas. Todo comenzó cuando la docente de inglés Kerlin Murillo Mena logró un cargo como profesora de bachillerato en la Institución Educativa El Rosario donde sus hijos serían discriminados, heridos y abusados sexualmente.
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A mediados de 2021, junto con su madre, Keiner Joel Córdoba, de 5 años, y Keyler Yojackson Córdoba, de 9 años, se matricularon en la institución educativa. De inmediato, según afirmó Murillo, recibieron el rechazo del cuerpo de profesores.
Al parecer, a raíz de varias diferencias entre la profesora y las directivas del colegio habrían empezado a maltratar a los hijos de Murillo hasta el punto de propinarles golpizas que llevaron a los menores al hospital. También comenzaron a recibir tratos indignantes y abuso sexual.
“Les gritaban que eran micos”: profesora y madre de niños víctimas de racismo y abuso en Paya
“Los ataques fueron hechos por rector y docentes”, dijo Murillo a Caracol Radio y añadió que “les gritaban que eran micos en las clases por su color de piel”.
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Entre los aberrantes testimonios, la docente contó que “comenzaron por echarle orín en la boca a Keiner, el de preescolar. A meterle el pene en la boca, lo accedían carnalmente metiéndole el pene en su ano y le golpeaban. En una de las agresiones, cuando el niño no quería dejarse, le amarran el pene con una cabuya y lo tiran. Aún dice que le duelen los testículos. Lo subían a la parte alta del tobogán para tirarlo al vacío, ocasionándole una fractura en el cráneo que hasta hoy persiste. Ha deteriorado el proceso cognitivo de mi hijo”, dijo la madre de los menores.
La agresión sexual a Keiner, el hijo de 5 años, fue uno de los momentos más dolorosos que tuvo que sufrir esta familia. El 4 de abril de 2022, el menor fue víctima de la peor agresión al haber sido presuntamente violado por otros siete menores de la institución educativa.
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“Un niño de bachillerato me lanzó al piso desde esas escaleritas y me empezó a decir ‘váyase, negro hijo de puta’. Después de que me caí, me ha dolido el brazo y me duele al moverlo”, contó el pequeño.
“También tuvo que presenciar agresiones contra su hermano, cómo era golpeado por defenderlo. Le decían a Keiner ‘mi perrita’ por el tema del abuso sexual”, dijo Murillo.
La madre reiteró que los padres de familia y directivos de la institución ordenaban estos abusos: “No hacían absolutamente nada, negaban los hechos y tergiversaban la información. Querían hacerme pasar por loca; a mi hijo mayor, como un niño agresivo; y al menor, como un mentiroso. Es un caso de negligencia, falta de atención”.
También señaló directamente a Jorge Humberto Cuy Niño, el rector de la institución, de ser quien estuvo detrás de las agresiones: “Él ordenaba los ataques”.
Sin embargo, el rector negó las acusaciones de Murillo a la Revista Semana, y aseguró que era una “blasfemia” las acusaciones en contra suya por direccionar ataques para perjudicar a los menores. Asímismo señaló que los menores siete involucrados en el caso de abuso sexual están siendo investigados.