El candidato por la Liga de Gobernantes, Rodolfo Hernández, durante su campaña y siendo exalcalde de Bucaramanga, ha pronunciado frases que muchas veces han sido rechazadas.
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“Yo soy seguidor de un gran pensador alemán. Se llama Adolf Hitler”. “Las venezolanas son una fábrica de hacer ‘chinitos’ pobres”. “ No me molesta. Me da lo mismo (que me comparen con Donald Trump).
Otras frases han sido pronunciadas por el aspirante presidencial, utilizando a las trabajadoras sexuales como forma de insulto. “No me voy a aliar con nadie, son las mismas prostitutas con diferentes prostíbulos”. “La han manoseado más que a una prostituta por allá de Puerto Wilches, que lo único que no le pasó encima fue el ferrocarril”.
De hecho, por esta última declaración, Hernández fue denunciado por las mujeres del municipio ante la Procuraduría General de la Nación a finales de 2021, pues aseguraron que afectó su dignidad y las estigmatizó.
Desde PUBLIMETRO COLOMBIA, contactamos a Putamente Poderosas, para entender por qué el aspirante presidencial se ha referido a las trabajadoras sexuales de forma denigrante y utiliza su labor, a modo de ofensa.
Mariana Giraldo, coordinadora de proyectos e Isabel Guerra, coordinadora de comunicaciones, fueron las entrevistadas.
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Putamente Poderosas, es una organización social sin ánimo de lucro que defiende los derechos humanos de la mujeres y diversidades que ejercen o han ejercido el trabajo sexual y los de sus hijos. Además visibiliza las problemáticas existentes alrededor del trabajo sexual en Colombia. Y finalmente transforma sus entornos a través de líneas de acción y proyectos que mejoran su bienestar.
Publimetro: ¿Qué opinión les merece las frases denigrantes del candidato hacia las trabajadoras sexuales?
Mariana Giraldo: El candidato es indiferente al daño que sus creencias moralistas ocasionan. Y podría afirmar que sigue posesionando a las trabajadoras sexuales como objetos pasivos. En donde se les ve sin capacidad y sin voluntad de decidir. Además de que están sujetas a unas voluntades masculinas.
Las mujeres que ejercen el trabajo sexual tienen agencia sobre su cuerpo y las atraviesa un principio de autonomía que se debe respetar: y es que el proyecto de vida de las mujeres no debe estar sujeto a un supuesto ‘deber ser’. Y no por eso se debe caer en una estigmatización o imaginarios alrededor de lo que son, de lo que hacen.
Entonces, bajo mi opinión, es que también hay que cuidarnos entre nosotras, porque esa es una labor política y en este momento estamos cuidando la palabra y los derechos que las atraviesan.
¿Por qué cree que el candidato usa a las trabajadoras sexuales como insulto?
Hay una historia única que recae sobre las trabajadoras sexuales y las enmarca como la educación más directa de la inmoralidad. Entonces la estigmatización que usa Rodolfo es una expresión de castigo que va a responder a la transgresión y al cuestionamiento de unos parámetros de mujer ideal. En la que la ideología patriarcal siempre ha creado una idea de que existen buenas y malas mujeres.
Entonces él sigue posesionando a las trabajadoras sexuales como las malas mujeres, indicándoles también un poco al resto de las demás que no ejercen esta labor, que tienen que cumplir con unos parámetros de identidad o de expresión que les posicione como mujeres buenas.
Por todas estas frases que él ha expresado, ¿les preocupa un eventual gobierno de Hernández?
Lo que realmente nos preocupa es un gobierno que no reconozca y garantice los derechos humanos de las mujeres y diversidades que ejercen el trabajo sexual. Y en caso dado de que estos sean vulnerados que los restituya y que también garantice unas acciones de no repetición frente a esta vulneración.
Como organización somos conscientes que muchas de ellas llegan allí por una interseccionalidad, es decir, por un montón de identidades coexistentes que las llevan a ejercer el trabajo sexual como una condición de subsistencia: ser mujeres, estar en una condición de empobrecimiento, desplazadas, víctimas del conflicto armado, ser migrantes, en fin.
¿Cómo evalúan el uso del lenguaje del candidato para referirse a las trabajadoras sexuales?
Isabel Guerra: Las trabajadoras sexuales históricamente han tenido que enfrentarse a un montón de estigmas que siguen perpetuando la violencia física, verbal e institucional hacia ellas.
Todo esto suele provenir de unas posiciones machistas y clasistas que siguen muy arraigadas a la sociedad en general, causando una vulneración a los derechos de quienes ejercen el trabajo sexual.
Entonces en ese sentido, la palabra “puta” o “prostituta” para insultar y para agredir a otras personas, lo único que hace es seguir estigmatizando y agrediendo a quienes ejercen esta labor por la razón que sea.
Por eso nosotras como organización social, que lleva años luchando contra todos esos estigmas y para que las trabajadoras sexuales se les reconozca como personas sujetas de derechos con agencia sobre sus propias vidas, rechazamos que se les siga violentando por medio del lenguaje haciendo uso de estas palabras de manera peyorativa, así como lo hace el candidato Rodolfo Hernández.