Recientemente en las redes sociales se conocieron las imágenes de lo que sucedía en un call center de la empresa JM Salud y Belleza Colombia de propiedad de José Ferney Millán Pinzón, en las que se observa cómo gritaba y le decía toda clase de vulgaridades a sus empleados.
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El Tiempo relató que, Karen Yesenia Poveda Porras, de 30 años, vivió una pesadilla desde que empezó a ser maltratada por este hombre en el 2020.
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“Siempre noté en él actitudes de agresividad, pero, al mismo tiempo, era muy amable y me comenzó a cortejar”, reveló.
Karen comentó que Millán tenía un comportamiento extraño, pues pasaba fácilmente de un estado de alegría a uno de ira profunda.
Además, que lograba demostrar comportamientos que hacían inspirar lástima. Según decía, todo lo malo le pasaba y que nadie podía entenderlo. Una imagen muy distante de lo que se muestra en televisión, en donde se hace ver como un hombre amigable y convincente a la hora de ofrecer sus productos.
En el call center trabajaban cerca de diez personas, es su mayoría, mujeres, a quienes les ofrecía comisiones sobre las ventas. El problema era que si no alcanzaban la meta, de inmediato eran humilladas por él.
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“Él les hacía creer a las personas que ese era el único trabajo que podían conseguir. Llegaban a las 5: 30 de la mañana y a las 7 de la noche no habían salido aún”, dijo Karen.
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Incluso, relató la mujer, que el acoso laboral llegó al punto en el que Millán las encerraba, pues cerraba el candado de la puerta para que ningún empleado saliera del lugar, sin importar si tenían hambre o querían ir al baño. “simplemente, estaban secuestrados”.
Además, agregó que “muchas veces tuve que meterme en la mitad para que no les pegara a los empleados. En varias oportunidades le mandaron a la Policía y hasta a la autoridad le cerraba la puerta en la cara”.
Ante los hechos, José Ferney Millán Pinzón se pronunció a través de una carta en la que dijo que ofrecía disculpas públicas y le pedía perdón de todos a quienes había hecho daño. “Sobre todo a la afectada Karen Yesenia Poveda Porras por cualquier tipo de agravio que mi errado comportamiento le pudo causar”.
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