Las autoridades de China han amenazado este viernes con tomar las medidas necesarias para “salvaguardar” sus instituciones y empresas después de que el Senado de Estados Unidos aprobara prohibir las importaciones procedentes de la región china de Xinjiang como una medida orientada a ponerle freno a las condiciones de trabajo forzoso y la violación de Derechos Humanos.
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El portavoz del Ministerio de Exteriores, Wang Wenbin, ha lamentado que la medida aprobada por Washington muestra que “el Gobierno estadounidense no tiene escrúpulos a la hora de intentar hundir a China como sea”.
“Las acciones socavan los principios del mercado económico y las normas comerciales internacionales y dañan gravemente los intereses de las instituciones y entidades chinas”, ha aseverado Wang en una rueda de prensa.
En este sentido, ha trasladado que Pekín rechaza contundentemente esta decisión y ha instado a “corregir el error” cuanto antes. La medida, que es la última en una serie de sanciones impuestas por Estados Unidos contra China por el trato a la minoría uigur, afectará a los productos en cuestión a menos que las empresas puedan probar que se han producido sin hacer uso de trabajos forzosos.
El jueves, el Departamento de Comercio de Estados Unidos incluyó además varias entidades chinas en su lista negra por considerar que las acciones de China ponen en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos al hacer uso de los avances en materia de biotecnología para reprimir a los ciudadanos uigures en Xinjiang.
Por su parte, el Departamento del Tesoro ha informado sobre una nueva ronda de sanciones a otras ocho entidades chinas a las que ha responsabilizado de vigilar y violar los Derechos Humanos de la población en la citada región.