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Fotos: Las peor vestidas de los premios Oscar 2018

Cuando tu estilista es tu peor enemigo...

Y aunque es comprensible que no todos en Hollywood  tengan estilista, aún así, con alguno a su servicio, las estrellas no llegan a conocer bien su cuerpo y saber qué les queda bien. En esta ocasión mostramos cuáles vestidos hubieran podido ser maravillosos, a excepción de su fitting, estilismo e incluso por dress code.

Wendi Mc Lendon Covey 

 

El color es hermoso, el styling decente, pero el problema es el fitting del escote: el problema no es su abertura sino la forma que le da al busto, parece que se separara en dos direcciones opuestas. Y también le queda muy largo.

Lindsey Vonn

Hay una gran diferencia entre parecer una belleza oscura de otro mundo – como lo suele hacer Rooney Mara- y hacerse un outfit que combine mucho de todo y que recuerde el exceso de la onda rockera del 2000. Este es el segundo caso. El atuendo hubiera sido increíble con accesorios menos contrastantes, (o mejor aún, sin ellos) y con un maquillaje y styling más etéreo. Un vestido que tenía todo el potencial de ser una oda a lo gótico, termina siendo un outfit que se pondría cualquier rockera en 2006.

Blanca Blanco

Acá no es el mostrar el cuerpo, es el corte del vestido y  el contraste tan burdo que hace ver la pieza casi como un disfraz.

Erin Lim

Son los Oscar, no una fiesta de playa. El material, terrible, el bolero de abajo, fatal, el styling, muy casual.

Paz Vega 

Es obvio que es un vestido con una silueta distinta, pero el largo hace que esta sea indefinida, que se expanda de manera desproporcionada.

Natalia Lafourcade

Tanto creador talentoso en México y se va con el resumen de tendencias de estos dos últimos años y con clave gótica/ desproporcionada.

Abbie Cornish

Un escote desproporcionado, no por la abertura, sino porque hace ver los senos muy separados. El detalle, tan recargado en la cintura. El tono de vestido, que no le combina ni de cerca con su cabello. Y el styling, descuidado.

Betty Gabriel

Se inspiró en «Yo, Tonya», en todo: en la fastuosidad anacrónica de finales de los 80 de los trajes de las patinadoras, mas la abertura, mas un largo gigantesco. Lista para la foto… con Polaroid.

Phoebe Waller Bridge

El vestido está una ternura, pero más apto para un video indie que para una entrega de premios. Le queda casi igual al tono de piel y sencillamente, es imperceptible.

Mira Sorvino

Se la tragó el vestido. Parece un merengue gigante.

Eiza González

Es que no basta solo con ser bonita: hay que tener cierto sentido de la estética, cierta representación, cierto brillo, más que el glamour latino, para destacar. Acá la mexicana trató de ser como J-Law en 2011 con su Calvin Klein, quien era la norteamericana natural y atlética. Esto es completamente olvidable.

Salma Hayek

La milésima vez que hace llorar a los fashionistas. Siendo su marido dueño de marcas como YSL o Gucci y a ella se le ocurre ponerse el que menos le favorece por color y por styling. En serio, un estilista para ella, por favor.

St. Vincent.

Los Grammy fueron en febrero y nadie podrá igualar a Cher en 1986. I rest my case.

 

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