Que ya muchos miran a los nómadas digitales con recelo, es un hecho. Por problemas de gentrificación, turismo sexual, por hacer de Medellín una ciudad enormemente cara para sus habitantes originales y para los colombianos. Pero también es un hecho que, para aquellos que vienen a trabajar al país e incluso hasta invertir en él, la ciudad es un paraíso.
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Y lo prueban listas como precisamente la Nomad List, que el año pasado evaluó 157 lugares para vivir. La capital antioqueña quedó en segundo lugar, gracias a su clima, facilidades y ubicación, entre otros factores.
Siendo así y pensando en su derrama económica, Kiin Living, con una vista privilegiada y con servicios que cubren desde el aseo hasta el spa y la peluquería , está revolucionando el sector para estos trabajadores cuyas estancias se pueden prolongar.
Ah, y que tienen ingresos del más alto nivel: esto no es para mochileros de chancla y bermuda. Es para gente que se tiene que conectar con sus países en salas de juntas, que no tiene tiempo incluso para limpiar, y que puede tener sus servicios básicos y premium en un solo lugar.
La construcción es de la más alta factura y se rentan apartamentos enteros dependiendo del presupuesto y estancia, sin codeudores y fiadores. Eso sí, con estrictos requisitos de admisión que se evalúan en un consejo de administración, ya que no se quiere contribuir a engrandecer los problemas sociales que este tipo de turismo y vivienda está atrayendo a la ciudad.
Por el contrario: se espera que el tipo de residente que vive en Kiin invierta y contribuya a la economía de Medellín de manera legal y con incluso generación de empleo abriendo otros sectores.
Kiin Living: un paraíso en el que se ocupan de absolutamente todo
Ahora bien: cuando un nómada digital accede al edificio con solo su tarjeta de crédito, tiene no solo un departamento lujosamente amoblado depende de su espacio (eso sí, hasta el más barato, de 1700 dólares al mes, tiene balcón, y por supuesto, el más caro, de 3600 tiene unos ventanales y espacios envidiables).
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También puede acceder a un coworking bien equipado, hasta con salas de juntas. Un espacio de cafetería para socializar, con comida saludable e incluso un restaurante con chef incluido. Servicio diario de limpieza. Elementos de cocina e incluso hasta de aseo personal. Manicura, pedicura, spa, yoga, clases de salsa, barbería, peluquería.
El que puede pagar no se preocupa por absolutamente nada. Y es literal: a través de una app desarrollada por el mismo proyecto, se puede pedir comida o lo que sea. Todo está hecho para solucionar la vida de este tipo de nuevo habitante de la ciudad.
Eso sí: no se permiten niños y sí puede ir con mascotas. Hasta pueden paseársela sin ningún problema. Y para divertirse, en la terraza se construye un enorme jacuzzi. Hay un gimnasio y un sofisticado bar para ver caer la tarde sobre la ciudad.
Claro, los contratos son a largo plazo. Pero eso no incluye aislarse del mundo cual ‘High Rise’, la película de Tom Hiddleston donde los residentes lo tenían todo y estaban desconectadísimos del mundo. Está cerca de El Tesoro (se puede ir caminando) e incluso hay una parada de autobús.
Y tan exitoso está siendo el proyecto, que ya se piensa en Bogotá y Cartagena como otros destinos.
Sus fundadores, David Luján. CEO Stay Group (operador), Raúl Sánchez. Co fundador, y Juan Aramburo, CEO DRIM (desarrollador) también dedicados a exportar marcas colombianas de moda en Estados Unidos, están al pendiente de cada detalle personalmente. Así, han hecho de este proyecto una nueva forma de generar experiencias únicas en un sector que cada vez está siendo demandado por clientes de nicho que están mostrando otras formas de habitar en el mundo y sobre todo en Medellín, donde en esta construcción hay una eterna primavera.
¿Dónde averiguar? En https://kiinliving.com/. También hay actividades para no residentes. Su bar con vista a la ciudad, recomendadísimo.
